La institución de desarrollo social demuestra que apoyar los emprendimientos de personas de sectores vulnerables del país y confiar en ellas, es clave para su desarrollo y éxito.
Miles de ejemplificadoras historias de emprendimiento, esfuerzo y dedicación se tejen día a día a lo largo del país. De estas historias, cerca de 100.000 pertenecen a emprendedoras(es) de Fondo Esperanza (FE), la comunidad en emprendimiento solidario más grande de Chile.
Esta institución de desarrollo social lleva 13 años apoyando el microemprendimiento, porque cree que este es un eje esencial de desarrollo y de superación de la pobreza. Como también lo son la confianza y la solidaridad, aspectos que FE pone a disposición de aquellas personas que necesitan apoyo para potenciar sus negocios y acceder a una mejor calidad de vida.
Los resultados obtenidos por los negocios de las(os) emprendedoras(es) de Fondo Esperanza son muy positivos. Así lo indica el “Sistema de Gestión Desempeño Social” (2015), que indica que al cabo de un año y medio de participación, estas personas mejoran en un 20% (en promedio) el desarrollo de su negocio, el bienestar familiar, empoderamiento y su capital social.
De acuerdo a esto, las(os) emprendedoras(es) aumentan sus ganancias en un 74,9% tras 18 meses en Fondo Esperanza. Su capacidad de ahorro se incrementa en un 33,2% y el ingreso per cápita sube en un 46,5%. Eso permite que FE tenga una tasa de devolución de sus préstamos de un 99%. Cifras que avalan el servicio integral desarrollado por Fondo Esperanza, que incluye microcréditos productos, capacitación y la generación de redes de apoyos.
Un ejemplo de esta desarrollo es Pedro Silva, un feriante de Pudahuel que ingresó a Fondo Esperanza porque no contaba con el capital necesario para hacer sustentable su negocio. “Cuando ingresé estaba muy mal de plata, trabajaba al tres y al cuatro. Cuando me invitaron avisé que estaba en Dicom, pero me explicaron que eso no importaba. Ahora llevo hartos años en Fondo Esperanza y logré que me eliminaran de Dicom”, recuerda Pedro.
Pero este comerciante no solo destaca el haber podido salir del boletín comercial, sino que también resalta: “Mi experiencia en Fondo Esperanza ha sido importante para hacer crecer mi negocio. Cuando empecé en la pega tenía un triciclo para transportar mi mercadería y pagaba flete. Ahora gracias a los préstamos he podido comprar mercaderías, pagar la patente y adquirir un vehículo que me permite no pagar flete”, afirma Pedro, quien es sólo un ejemplo entre los 100 mil emprendedores que Fondo Esperanza apoya entre Arica y Chiloé.
Otro caso positivo es el de Andrés Huenuqueo, fabricantes y vendedor de ollas y moldes de aluminio, quien destaca que pudo salir adelante a pesar de no terminar su escolaridad. “Gracias a mi negocio he podido salir adelante. A pesar de tener pocos estudios, me he realizado como persona, mi hijo estudia en un buen instituto, tengo mi autito y he conocido Chile y a su gente. Mi oficio lo manejo al revés y al derecho; es que yo vengo de abajo, de los fierros, aprendí de cabro”.
Fondo Esperanza cuenta con 53 oficinas desde Arica a Chiloé, y actualmente se encuentra trabajando por apoyar los sueños de 100 mil emprendedoras(es) de 240 comunas del país. Si quieres conocer más historias de superación como la de este emprendedor visita nuestro sitio www.fondoesperanza.cl.
Fuente: Prensa Fondo Esperanza.