- Tras los incendios de febrero de 2024, más de 70 familias del sector El Olivar comienzan una nueva etapa gracias a un modelo de vivienda segura y eficiente diseñado por la UTEM.
- Aislamiento térmico superior, control de calor en verano y muros cortafuegos forman parte del diseño arquitectónico en los cerros de El Olivar. El modelo es seguro y replicable para futuras soluciones habitacionales.
Santiago, nueve de julio del 2025.- Más de setenta soluciones habitacionales con foco en sustentabilidad, eficiencia energética y resistencia al fuego ha desarrollado la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) para el sector El Olivar de Viña del Mar, una de las zonas más afectadas por los incendios de febrero de 2024. Se trata de viviendas sociales diseñadas por el equipo académico del Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial de la UTEM junto a la empresa Inhotep Montajes y Construcción Spa.
Lo que comenzó como un prototipo académico en marzo del año 2023, hoy se convierte en una solución habitacional concreta, con viviendas listas para ser habitadas por familias damnificadas.
La iniciativa fue recientemente destacada durante una visita en terreno por parte de los ministros de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, y de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, quienes valoraron tanto la calidad de las terminaciones como la articulación entre academia, empresa y Estado para responder de forma efectiva ante una emergencia habitacional.
Para la profesora Suzanne Segeur, académica de la Escuela de Arquitectura UTEM y una de las responsables del proyecto, este avance no sólo representa una solución técnica, sino también un compromiso profundo con la vocación pública de la universidad.
“El proyecto El Olivar me llena de orgullo por muchas razones; como exalumna, académica y arquitecta me enorgullece ver lo lejos que podemos llegar como universidad. Siempre he sentido que es nuestra obligación generar un impacto en el territorio. La investigación no tiene sentido si no beneficia a la humanidad, y creo que con este tipo de proyectos logramos materializar esos sueños”, señaló.
Seguridad, confort y rapidez en la construcción
El modelo constructivo aplicado fue diseñado para responder con rapidez y precisión a las exigencias propias de una emergencia. Las viviendas, pareadas de dos pisos y construidas con paneles de óxido de magnesio, cuentan con un estándar de resistencia al fuego F120 en muros, muy por encima del mínimo exigido para viviendas sociales (F15).
El diseño también incorpora elementos clave para la habitabilidad y la eficiencia energética: protección pasiva contra incendios, aislamiento térmico superior, control de calor en verano y un muro cortafuego en las escaleras para reforzar la seguridad familiar. Con respecto al diseño a cargo del académico José Becerra, “se cuidó que fuera respetuoso con las familias, mejorando la habitabilidad. El material utilizado no sólo mejora la seguridad, sino que también aporta a la eficiencia energética, tanto en invierno como en verano”, explicó la profesora Segeur.
Coordinación efectiva y trabajo colaborativo
Si bien el proceso de ejecución comenzó en enero de este año con la construcción de los primeros 16 prototipos, la fase de diseño y el trabajo colaborativo comenzó en marzo del 2024 en conjunto al equipo de Inhotep Montajes y Construcciones. Hoy, ya se encuentran disponibles las primeras viviendas listas para entrega. La implementación ha requerido coordinación técnica y normativa, además de una gestión ajustada a los tiempos críticos que exige una emergencia.
“Es un proceso desafiante, ya que los plazos son muy exigentes. Las soluciones deben cumplir con altos estándares técnicos, normativos y económicos. Creo que el secreto está en tener un buen equipo, y estoy muy orgullosa del nuestro”, destacó Segeur.
Desde el inicio, el proyecto ha sido desarrollado en coordinación con autoridades locales, el Serviu, el Gobierno Regional y el ministerio de Vivienda, permitiendo validar en terreno su escalabilidad y efectividad.
Aprendizajes para el país
Además del impacto en El Olivar, este modelo de reconstrucción deja lecciones valiosas para futuras emergencias habitacionales. Para la profesora Segeur, el trabajo colaborativo y la transferencia de conocimiento desde las universidades a la sociedad son fundamentales. “La colaboración puede llevar a solucionar grandes desafíos. Vincular a las universidades con desafíos reales es muy eficiente en términos de tiempo, costos y capacidades. Transferir conocimiento al territorio permite mejorar las soluciones existentes”, explicó.
Además, valora la oportunidad pública-privada. “Países como Alemania trabajan junto al sector privado, lo que genera beneficios en todo sentido. Nuestra experiencia con la empresa Inhotep nos permite avanzar hacia esa misma dirección”, destacó la académica de la UTEM.
Lo que alguna vez fue una propuesta desde el aula universitaria, hoy se transforma en hogares reales, diseñados con sentido, técnica y dignidad para quienes lo necesitan.
Fuente: Impronta.