Descenso del edificio volcánico sobre la cámara magmática y sus fluidos es una de las condiciones que explicarían el ciclo eruptivo que comenzó 47 horas después del sismo que se conmemora este 22 de mayo.
A 55 años del mega-terremoto que el 22 de mayo de 1960 afectó al sur de Chile, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) realizó una revisión de los datos más relevantes para la comprensión del ciclo eruptivo que se inició entonces en el Cordón Caulle (ubicado en el límite de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos), 47 horas después del terremoto de 9.5° Richter, que lo sitúa como el mayor sismo en la historia de la humanidad, al menos desde que la sismicidad es medida con instrumentos (fines del siglo XIX). Lo anterior, a través de la jornada “Memorias de Valdivia: Análisis y aprendizajes a 55 años del terremoto más grande de la humanidad”, realizada por el Sernageomin, el Centro Sismológico Nacional (CSN) de la Universidad de Chile, y la Intendencia Regional de Los Ríos, en la Universidad Austral en Valdivia.
Al respecto, el director nacional del Sernageomin, Rodrigo Álvarez Seguel, expresó que “este megaterremoto fue en realidad una secuencia de varios eventos que sucedieron en dos meses, los cuales afectaron la zona costera a través de unos 1000 kilómetros entre el Golfo de Arauco, en la región del Biobío, y la península de Taitao, en la región de Aysén. Además de ser el de mayor magnitud registrada con instrumentos sísmicos, marca un antes y un después en la historia de la sismología mundial”.
‘La comunidad científica ha buscado por largo tiempo una explicación a la ocurrencia de erupciones después de grandes terremotos y nuestra cordillera andina es un laboratorio natural en el cual se puede seguir investigando’, expresó Álvarez, quien expresó que “se ha conjeturado sobre la participación de al menos tres factores, como hundimiento del volcán sobre su cámara magmática, el fracturamiento de la corteza terrestre y la disponibilidad de magma. Esta jornada conmemorativa permite, además de recordar los tristes acontecimientos de 1960, reflexionar acerca de los procesos que actúan cotidianamente en el territorio, para fortalecer la preparación. Y una forma de hacer efectiva esa preparación es la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, cuyo objetivo final es mitigar el impacto de las erupciones volcánicas”.
Por su parte, el volcanólogo de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin, Hugo Moreno, explica que “es interesante lo que se puede saber mediante sismos y erupciones posteriores, como por ejemplo el terremoto del Maule en 2010 (8.8° Richter), que provocó el hundimiento en hasta 15 centímetros en 5 áreas volcánicas: Nevados de Chillán, Descabezado Grande, Caldera Calabozo (al Norte de Laguna del Maule) y Tinguiririca en Chile, y Caldera del Atuel en Argentina. En estos casos hubo hundimiento, pero no magma disponible para una erupción. Aproximadamente desde el año 2000 es posible saber con más precisión este tipo de desplazamientos de los volcanes, mediante nuevas técnicas satelitales de radar que escanean la superficie. O sea, aunque hay avances notables en la ciencia, todavía hay mucho por descubrir sobre comportamiento de los volcanes y por qué se activan sólo algunos después de un mega sismo”.
Según la información recopilada y analizada por el Sernageomin, el Cordón Caulle entró en erupción el 24 de mayo de 1960, a las 14:00 horas, a través de una fisura de 5,3 km de longitud con 18 cráteres. Un hongo de piroclastos pumíceo alcanzó 8 km de altura y se dispersó en dirección sureste, generando depósitos de pómez blancas con espesores de hasta 10 centímetros a 40 kilómetros, según consta en el Mapa de Peligros Volcánicos elaborado por la institución. Esta fase explosiva fue sucedida por una etapa efusiva, caracterizada por el escurrimiento de coladas de lavas viscosas de composición riodacítica desde los diversos cráteres en erupción. Finalmente se registraron emisiones piroclásticas que declinaron hacia el 22 de julio de ese año. Esta erupción, así como otras precedentes, hacen de este complejo volcánico una singularidad en los Andes del Sur, como puede reconocerse en el Mapa Geológico del Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle, publicado por el Sernageomin en 2006.
La mencionada erupción, a pocas horas del megaterremoto, es uno de los pocos casos donde la relación entre sismos y erupciones volcánicas es clara. Además, el Cordón Caulle, de 15 km de longitud, es un caso singular, puesto que es el único volcán fisural activo de composición riodacítica a nivel mundial.
Otros ejemplos en Chile son: En el año 2000 la actividad del volcán Villarrica escaló de 2 a 22 sismos mensuales durante 3 meses a causa de un sismo tectónico; las erupciones del volcán Chaitén en 2008 y del volcán Hudson en 2011 fueron influidas por sismos corticales en la falla geológica de Liquiñe-Obsqui.
Fuente: Servicio Nacional de Geología y Minería