- El cuerpo legal fija en 6 años el plazo para que todos los colegios puedan adquirir su infraestructura, el cual podría llegar a 10 si es que el sostenedor decide transformarse a sin fines de lucro antes del 30 junio de 2017.
- También fija plazos en acreditaciones para universidades que quieran impartir Pedagogías.
En palabras de la ministra de Educación, Adriana Delpiano, estas modificaciones facilitan la transformación efectiva del sistema escolar en un sistema gratuito y sin fines de lucro. “Los elementos que se introducen dan más garantías a las familias y a los niños y no contradicen en nada los principios básicos de la Ley de Inclusión que son eliminar el copago, la selección y fomentar la inclusión”.
De esta manera, los sostenedores podrán mantener arriendos hasta por 6 años, independiente de la matrícula del colegio, contados desde el 30 de junio de 2017, periodo en el que podrá mantener las condiciones del contrato original. Si el contrato vence antes de dicho periodo, podrá fijarse por el plazo que reste, un arriendo de hasta el 11% del avalúo fiscal.
Asimismo, para incentivar la transformación de los sostenedores en personas jurídicas sin fines de lucro, se permite continuar los arriendos por un plazo adicional de 4 años para aquellos que se constituyan como tales antes del 30 de junio de 2017.
A la vez, se aumenta el plazo para contratar crédito con entidades bancarias con el fin de adquirir los inmuebles, haciendo uso para ellos del Fondo de Garantía de Infraestructura Escolar.
Por último, la ley también introduce cambios en el Sistema de Desarrollo Profesional Docente estableciendo un plazo de tres años para que las universidades acreditadas, que no imparten la carrera de Pedagogía y deseen impartirla, logren la acreditación de dichas carreras. Mismo plazo para las universidades autónomas y no acreditadas al momento de la publicación de la Ley, las que podrán abrir carreras de pedagogía, mientras obtienen tanto la acreditación institucional como la acreditación de la carrera o programa. Este último, es el caso de las nuevas universidades de O’Higgins y Aysén.