Los tópicos cambiarios han pasado a tomar nuevamente fuerte protagonismo. El último episodio de gran envergadura fue en 2011, en que varios factores convergieron en un desplome del dólar: un vertiginoso ascenso del precio del cobre por sobre los US$ 4 por libra, la intensificación de la crisis de deuda en la zona Euro y el lanzamiento del segundo programa de compra de activos de la Reserva Federal (QE3). En el mercado local el tipo de cambio se derrumbó a menos de $ 500 por dólar, gatillando la intervención del Banco Central.
En esta oportunidad los vectores han cambiado radicalmente de dirección: el precio del cobre se hunde en medio de enormes incertidumbres en China; EEUU se prepara para subir sus tasas de interés y finalizar su extenso programa monetario y la Eurozona deja atrás la fase más compleja de su recuperación. En Chile el dólar observado rompe la temida barrera de los 700 pesos, superando en más de 40% el precio medio de 2013.
Este acelerado ascenso del dólar apunta de lleno a robustecer la competitividad real de los sectores exportadores. Ha sido lo suficientemente profundo como para compensar la caída en los precios internacionales de la mayor parte de los productos exportados por Chile y también para compensar los aumentos en los costos locales de producción. Con la actual cotización del dólar, cercana a $ 700, la mayor parte de los sectores exportadores se encuentra operando con un tipo de cambio real superior al de equilibrio de largo plazo ($ 634) y enfrenta un mayor atractivo en la actividad exportadora.
Fuente: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.