Ante el terror desatado hoy en Bruselas, expresamos nuestro profundo pesar por las víctimas y heridos, condena a los perpetradores de estos asesinatos y nuestra solidaridad con un pueblo que hoy sufre el flagelo del terrorismo islámico.
Antes fue: París, Jerusalén, Estambul y un largo etc. Hoy no caben argumentos simplistas como la guerra en Siria, culpar a Estados Unidos, el petróleo o a los valores de nuestras sociedades democráticas occidentales, como factores explicativos del fenómeno terrorista islámico, ya que generan un contexto comprensivo o justificativo para las atrocidades cometidas.
Tampoco cabe poner el acento de cualquier análisis o conversación en la intromisión político-militar de países occidentales en el mundo árabe, ya que desconoceríamos que el fenómeno de la Yihad antecede a la creación de las actuales potencias occidentales y países árabes en unos 1.300 años y que estas expresiones violentas no son nuevas.
No debemos confundirnos. No se trata de responsabilizar al Islam o de apuntar con el dedo a millones de seres humanos que profesan esta religión. Si lo hacemos, sólo ganan los terroristas y ofendemos la memoria de las víctimas. Pero si debemos ser muy claros, valientes y condenar con firmeza el terrorismo, el asesinato y las acciones de desprecio a la vida, a las libertades humanas y a los valores de nuestras sociedades.
Fuente: Prensa Amplitud.