Tanto el presidente del gremio, Peter Hill, como actores de la industria, hicieron un llamado al diálogo y a crear una mesa de trabajo que busque caminos que favorezcan a todos los consumidores.
La Cámara de Comercio de Santiago (CCS), organizó la Mesa Redonda “Comercialización de Medicamentos en Chile: Situación Actual y Desafíos de los Actores”, que contó con la participación Alejandra Candia, directora del Programa Social del Instituto Libertad y Desarrollo; Jaime Mañalich, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (IPSUSS) y ex ministro de Salud, y Alberto Novoa, gerente de Asuntos Corporativos de SalcoBrand.
En la inauguración del encuentro, el presidente de la CCS, Peter Hill, manifestó el propósito de la institución de ofrecer un espacio para “promover debates serios que analicen en profundidad los principales problemas y desafíos que se generan en una actividad dinámica y cambiante como es el comercio”, añadiendo que “creemos en el diálogo como fórmula para buscar caminos que favorezcan a los consumidores y den satisfacción, desde las soluciones privadas, a una necesidad pública”.
Alejandra Candia, directora del Programa Social de Libertad y Desarrollo planteó que la discusión sobre la creación de farmacias populares, por parte de los municipios, evidenció las diferencias de precios entre los productos que venden los laboratorios a Cenabast y al mercado privado.
En parte, explicó Candia, estas diferencias pueden explicarse por el distinto tipo de demanda, considerando que la de Cenabast es consolidada, frente a la de las farmacias que no lo es. Otra diferencia, podría atribuirse a la inversión que realizan los laboratorios para promover los medicamentos que se venden al mercado privado, cuyo objetivo son los médicos y no las personas “una promoción que no necesitan hacer cuando le venden al sector público y se presentan a una licitación”.
En el caso de los municipios, Candia señaló que si bien pueden adquirir a través de Cenabast aquellos medicamentos que corresponden a la demanda consolidada de sus consultorios, si se trata de una receta que presenta un paciente, más parecida a una demanda privada, tendrán que recurrir directamente al laboratorio lo cual encarecerá el valor. “De los 591 medicamentos que solicitaron los municipios solo 205 están en Cenabast, por lo que el precio ya no es el de licitación”.
Candia resaltó que se debe tener presente que cerca de 46% de la población pertenece a FONASA, tanto A o B y que esas personas tienen el derecho de acceder gratuitamente a los medicamentos que les recetan en el consultorio correspondiente, pero que cuatro de cada diez de ellos estaría o no accediendo, o desembolsando recursos por algo que debería ser gratis (sin contar los que no llegan a atenderse. “Si esas personas recurren a una farmacia popular y se les hace un cobro, estarán pagando por algo que deberían obtener en forma sin costo alguno”.
Como forma de abaratar el precio de los medicamentos en el país, Candia recomendó minimizar las restricciones a la sustitución de medicamentos (trade-off con bioequivalencia), permitir la venta de medicamentos que no requieren receta en góndolas y otros establecimientos, y que la Fiscalía Nacional Económica realice un estudio del mercado para conocer y eliminar potenciales barreras a la competencia
Déficit de Gestión por parte del Estado
Jaime Mañalich, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (IPSUSS) y ex ministro de Salud, planteó que lo que está ocurriendo en estas materias corresponde “al paradigma de que todo bien público, para ser legítimo, debe ser entregado por el Estado, avanzándose hacia una estatización de los servicios públicos”.
Señaló, como ejemplo de ese principio, lo que ocurre con la Ley Ricarte Soto “que hace que medicamentos que debieran ser entregados por las Isapres deban ser entregados por Fonasa”.
Para Mañalich la venta de medicamentos a través de las farmacias populares “abre una puerta que legitima que las personas no accedan a un derecho que les está garantizado por ley. Les estamos diciendo a las personas ‘no les damos una hora en el consultorio, pero no se preocupen, porque lo que le corresponde gratis lo tendrá que pagar. Esto responde a un déficit de gestión por parte del Estado, que no hace que ocurra lo mandado: que las personas reciban gratuitamente los medicamentos en los consultorios”.
Concluyó señalando que debe ponerse el acento en los precios de los medicamentos para tratar enfermedades crónicas y que la industria debe ir preparándose para satisfacer una demanda que ya no será de individuos, sino que de clientes institucionales. Finalmente, Mañalich recomendó suprimir los gastos en marketing dirigido a los médicos por considerar que es algo estéril.
El gran Desafío es la Colaboración
A juicio del gerente corporativo Salcobrand, Alberto Novoa, al comparar los precios de las farmacias populares con las privadas, se está haciendo una comparación entre peras y manzanas. “En consecuencia desde ahí, desde esa falta de información, de colaboración tenemos regulaciones que impactan severamente y noticias que van dando cuenta de diferencias de precios de hasta 19 veces entre uno y otro sector, cosa que quizás tampoco entiende la gran mayoría de los chilenos. Cuando se comparan los productos que tiene la Cenabast y los que tienen las farmacias, y se comparan los márgenes operacionales que tienen los laboratorios, los márgenes que tienen las farmacias tampoco creo que la gente lo entienda y sí existen diferencias”.
El ejecutivo agregó que todos los actores del sector “perseguimos lo mismo y nuestro negocio común es entregar salud a la población cada vez que lo necesiten, y el gran desafío que tenemos es la colaboración, que crea y captura valor, por eso esperamos que prospere la mesa de trabajo con todos los actores solicitada por Farmacias Salcobrand al Gobierno”.
Fuentes: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.