Isabel Puga, psicóloga del Centro de Salud de la Universidad de Santiago (Usach), abordó la relación de la llegada de la primavera con el aumento de los casos y profundizó en las razones que llevan a que personas decidan atentar contra su vida en el sistema de transporte.
La detención abrupta de un vagón en el Metro de Santiago y la posterior orden de evacuación inmediata de alguna estación puede generar cierta indignación en algunos usuarios del servicio. Ahora, cuando se escucha por parlantes que esa interrupción se debió a “una persona en la vía” muchos y muchas pueden cambiar su percepción al entender que se trata de un suicidio.
Aunque no se verbaliza de forma clara, sí existe el código “Sigma”, un término utilizado por los funcionarios del Metro de Santiago para referirse a una persona que se ha lanzado a las vías.
Lamentablemente, durante estos últimos días, el protocolo de la empresa se ha repetido en múltiples ocasiones. Tanto así que esta semana, y por segunda jornada consecutiva, se informó sobre “una persona en la vía”.
Sentirse desesperanzado, deprimido o de mal humor gran parte del día, tener poca energía, sufrir por el peso corporal, presentar dificultades con el sueño y desconcentración, o tener pensamientos de muerte o suicidio son algunos de los síntomas que padecen las personas que atraviesan una depresión o un problema de salud mental.
La llegada de los días de más calor, con cambios de luz, puede agudizar esos sentimientos, sobre todo de angustia, sentimiento de soledad, vacío interno y desesperanza. Esto es lo que se conoce como “primavera gris”.
Isabel Puga, psicóloga del Centro de Salud de la Universidad de Santiago (Usach), profundizó sobre este tema y detalló que “tenemos un factor estacional, es complejo y multifactorial, donde este patrón ocurre tanto en Chile como en otras partes del mundo”.
La profesional comentó que tanto las tasas de suicidio, e incluso las muertes consumadas, “aumentan hacia el final de la primavera y principio de verano. Hay una serie de mecanismos que se han estudiado que se ve que están asociados a este fenómeno que es lo que estamos viendo actualmente”.
Puga planteó que con la llegada de la primavera hay un aumento de la luminosidad “que tiene una incidencia directa en la química de nuestro cerebro, hay una alteración en los neurotransmisores, cambia nuestro ritmo biológico, cambia la regulación de los neurotransmisores respecto a la serotonina y la dopamina que son las llamadas hormonas de la felicidad y son cambios que pueden provocar alteraciones en el ánimo, el sueño y la ansiedad, que descompensan a personas con condiciones previas de salud mental”.
La psicóloga reveló que existe otro factor: la energía. La especialista indicó que las personas con depresión grave en el invierno están en una especie de ralentización psicomotora. “Es decir, no tienen motivación física para llevar a cabo su plan. Ahora, con el aumento de la luminosidad, la energía y la primavera, se alivia un poco la falta de energía, pero la ideación suicida y la desesperanza aún persisten, entonces les permite planificar y ejecutar el acto”, señaló.
Otro efecto tiene que ver con un factor más psicosocial que algo que tiene que ver con el contraste. La experta señaló que “hay una presión respecto a la primavera, la sensación de que hay una renovación, que hay alegría, optimismo, pero una persona que está en una depresión ya mayor, y muy profunda, aumenta esta percepción de que están todos bien, yo estoy mal y aumenta esta brecha, esta discrepancia también que incide en los sentimientos de aislamiento, fracaso y desesperanza, lo que genera una mayor sensación de aislamiento”.
ELECCIÓN DEL METRO
A la hora de abordar las razones que podrían explicar por qué se utilizan espacios más públicos que privados, y en particular las estaciones de Metro, Puga explicó que se debe a las características que tiene dicho lugar.
“Existe mayor accesibilidad, mayor disponibilidad, es un lugar donde puede llegar el público, está en el centro de la ciudad, no hay mayores obstáculos, no hay que hacer un viaje complicado para llegar a un punto caliente. Hubo una época en que estos lamentables hechos ocurrían en el Costanera Center, porque se podían lanzar y era asegurado el fallecimiento”, comentó la psicóloga.
La profesional agregó que también hay un tema de impulsividad, de inmediatez. Comentó que “si uno lo piensa, no en todos los casos, pero tiene una suerte de simbolismo y visibilidad. Es algo así como que el sufrimiento y el acto final tengan como un cierre, en una manera de sentir, aunque fallezca, pero la sensación de que con eso se cierra, es como finalizar la situación”.
El aumento de casos de “persona en la vía” es una alerta para el Estado, y la misma compañía de Metro, para que se tomen más acciones preventivas. Puga comentó que son recomendadas capacitaciones para que los trabajadores puedan ver las señales de alerta para poder acercarse de forma empática ante una persona que esté pasando por problemas de salud mental.
Hay que recordar que existe el Fono de Prevención del Suicidio (*4141), que está disponible para las personas que lo necesiten.
Mayor información:
José Flores Gálvez / Jose.flores.g@usach.cl / +56 9 7577 4854
Paola Contreras Toledo / paola.contreras@usach.cl / +56 9 81848956
Cristóbal Meléndez Martin /cristobal.melendez@usach.cl / +56 9 5110 9083
Fuente: Universidad de Santiago