- La jornada “Innovación Educativa para un Futuro Sostenible”, realizada el 20 de noviembre en Puerto Varas, reunió a la Red Patio Vivo Cultivable para presentar los avances del programa que ha beneficiado a más de 3.000 estudiantes, integrando huertos, cocina educativa y territorio como ejes de aprendizaje.
- El encuentro apuntó a fortalecer alianzas estratégicas para seguir expandiendo la iniciativa en la región y consolidar un “movimiento verde” que pueda escalarse a otros territorios del país.
Noviembre de 2025. – Puerto Varas fue el punto de encuentro, el pasado 20 de noviembre, del seminario “Innovación Educativa para un Futuro Sostenible”, una instancia que reunió a equipos directivos, docentes, estudiantes, autoridades locales y organizaciones vinculadas a la educación con el objetivo de compartir los avances y aprendizajes de la Red Patio Vivo Cultivable, iniciativa desarrollada por Fundación Patio Vivo junto a Fundación MC y seis liceos técnico-profesionales de la Región de Los Lagos.
Durante la jornada se presentaron los principales resultados e impactos del modelo, que ha logrado involucrar a más de 3.000 estudiantes en experiencias educativas que combinan sustentabilidad, cultura local, alimentación saludable y aprendizaje práctico basado en el territorio. El programa, implementado durante cuatro años, ha convertido patios, huertos y cocinas educativas en verdaderos laboratorios de aprendizaje, donde se fortalecen habilidades como la colaboración, la creatividad, la resolución de problemas y la conciencia ambiental.
El encuentro tuvo como propósito sensibilizar a las comunidades educativas y a los actores regionales sobre los pilares del programa, promover la formación de nuevos agentes de cambio y consolidar un “movimiento verde desde las escuelas” que vincule educación, territorio y sostenibilidad.
Además, el seminario apuntó a fortalecer alianzas estratégicas entre organizaciones, municipios, instituciones formativas, actores del ecosistema TP y potenciales donantes, con el fin de seguir expandiendo la iniciativa en la región y consolidar un modelo de educación sostenible que pueda escalarse a otros territorios del país.
Experiencia en terreno
La jornada comenzó en dos establecimientos de manera simultánea: el Liceo Ignacio Carrera Pinto de Frutillar y el Liceo Holanda de Llanquihue, donde los participantes pudieron observar actividades de huerto y cocina educativa, y cómo estos espacios se integran al currículum para reforzar contenidos y promover el vínculo con el territorio.
Más tarde, en Parque Estación (Puerto Varas), se desarrolló un espacio de análisis sobre los fundamentos pedagógicos del modelo y su aporte a la actualización curricular en la educación técnico-profesional, especialmente en una región donde los oficios y la economía local están estrechamente ligados al patrimonio natural y productivo.
Para Ángela Ibáñez, cofundadora y directora de Expansión de Fundación Patio Vivo, estas prácticas permiten que la sostenibilidad cobre sentido para los estudiantes: “Cuando los jóvenes cultivan, cocinan o hacen compost, son agentes activos en el cuidado del medio ambiente. No solo están cuidando de la naturaleza externa, sino también de ellos mismos. Por eso es importante que estas oportunidades sean parte del currículo educativo, permitiendo a los estudiantes participar en la construcción de su futuro y entorno.
En la misma línea, Marcial Huneeus, director de Innovación e Incidencia, destacó el valor de reimaginar los espacios exteriores: “La innovación es cambiar la mirada sobre lo que ya existe. El patio puede ser tan educativo como una sala de clases cuando reconocemos su potencial para generar aprendizajes, poner en valor la naturaleza del territorio y construir comunidad”.
Un modelo con proyección regional
Desde Fundación MC, su directora ejecutiva Alejandra Grebe subrayó el rol de los liceos técnicos en la transición hacia un desarrollo sostenible. “Lo que vimos hoy es un modelo replicable, pertinente al territorio y que fortalece las trayectorias de los jóvenes. Pero, sobre todo, confirma que la educación la construimos entre todos: comunidades educativas, instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil y aliados del mundo privado. Solo a través de estas colaboraciones es posible impulsar transformaciones profundas y sostenibles en los territorios”.
Natalia Negrón, directora del Liceo Ignacio Carrera Pinto de Frutillar, agregó que “el huerto y la cocina son espacios donde los estudiantes son protagonistas. Mejoran la convivencia, desarrollan habilidades y entienden que pueden aportar al bienestar de su comunidad. Es un tipo de aprendizaje que no ocurre solo dentro del aula”.
La jornada cerró con la convicción de que la educación puede impulsar transformaciones profundas cuando se conecta con la vida cotidiana y los desafíos ambientales del siglo XXI. El enfoque de Patio Vivo Cultivable invita a repensar los espacios exteriores como plataformas pedagógicas y a comprender que la sostenibilidad se aprende —y se practica— desde la escuela.
Fuente: 360 Comunicaciones