El 87% de los consumidores chilenos utiliza tarjetas de débito como principal
medio de pago, lo que posiciona al país entre los líderes de la región en este
aspecto.
Mientras, el efectivo aún representa el 63% de los pagos presenciales, debido a
la falta de alternativas viables en ciertos contextos, especialmente fuera de grandes
urbes.
Santiago, 11 de agosto de 2025. Aunque la digitalización de los pagos avanza a paso firme
en Europa y América Latina, millones de personas siguen sin poder elegir cómo pagar. Así lo
revela el nuevo informe de Nuek, compañía tecnológica especializada en infraestructura de pagos
de Minsait (Indra Group), que identifica las principales brechas que aún frenan una experiencia
financiera verdaderamente universal, segura y sin fricciones.
En el caso de Chile, el informe revela una marcada transición hacia los pagos digitales: el 87% de
los consumidores utiliza tarjetas de débito como principal medio de pago, aunque el efectivo aún
representa el 63% de las transacciones presenciales. Las tarjetas de crédito también muestran
una alta penetración, alcanzando un 82% de uso. Además, solo el 29% de los usuarios emplea
habitualmente el pago móvil sin contacto, lo que posiciona al país por debajo del promedio
regional en este tipo de adopción. Por otro lado, un 67% de los chilenos muestra disposición a
utilizar una identidad digital única para realizar pagos, identificarse o acceder a servicios, lo que
abre oportunidades para avanzar en experiencias más integradas y seguras.
El efectivo ha reducido significativamente su uso, pasando del 70% de la población bancarizada
en 2023 al 63% en 2024, y Chile es uno de los países donde más destaca esta reducción en la
proporción de personas que utilizan efectivo. “Chile tiene una de las infraestructuras más
avanzadas de la región, pero aún hay brechas que resolver para que todos puedan pagar como
quieran, sin barreras ni fricciones”, afirma Javier Rey, director ejecutivo de Nuek.
El estudio, “La digitalización y democratización de los pagos del consumidor”, que hoy presenta la
compañía, ha sido elaborado junto a Afi (Analistas Financieros Internacionales) y se basa en
más de 5.200 encuestas realizadas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México,
Perú, República Dominicana, Uruguay, España, Italia, Portugal y Reino Unido. Entre sus
principales hallazgos, destaca que el 66% de los consumidores bancarizados en estos países
tuvo que usar un método de pago distinto al que hubiese preferido durante el último año, ya
sea por falta de aceptación, deficiencias tecnológicas o restricciones operativas.
“Cuando el 66% de los usuarios no puede pagar como quiere, el problema no es de tecnología. Es
de diseño. En Nuek creemos que la verdadera innovación en pagos no consiste en ofrecer más
opciones, sino en ofrecer una experiencia que simplemente funcione, sin pensar, sin adaptarse,
sin frenar”, agrega Javier Rey.
El informe confirma que el efectivo, aunque en retroceso, sigue siendo dominante en
contextos donde no hay alternativas reales, como ocurre en Colombia o Ecuador, donde más
del 60% de los pagos presenciales se siguen realizando en cash.
Las tarjetas de débito se consolidan como principal medio de pago en mercados como España,
Portugal, Chile y Uruguay, mientras que en México y Brasil compiten con las tarjetas de crédito.
También crecen con fuerza los pagos desde cuenta, gracias a soluciones como Pix (Brasil),
MBWay (Portugal) o Bizum (España). En Argentina, Colombia y Perú, las transferencias
inmediatas comienzan a consolidarse como opción habitual.
El pago sin contacto, por su parte, se consolida como norma. Más del 60% de los usuarios con
dispositivos inteligentes lo utiliza habitualmente. Pero el fenómeno va más allá: el 70% de los
usuarios en países como Colombia, México o Perú desea extender este modelo a otras
acciones, como confirmar una operación, enviar dinero o vincular una nueva tarjeta con un
solo toque.
Esta nueva forma de relacionarse con el dinero no es solo más rápida. Es más intuitiva, más
accesible y más alineada con los hábitos móviles y digitales de la mayoría. Lo que hasta
hace poco era una innovación tecnológica, hoy se convierte en una expectativa básica del
consumidor.
Seguridad, biometría e identidad: un nuevo estándar
Uno de los grandes cambios que identifica el informe es la consolidación de la biometría como
estándar de autenticación. Un 63% de los usuarios con dispositivos inteligentes utiliza
actualmente su huella o rostro para autorizar pagos. En América Latina, esta preferencia se asocia
con la sensación de mayor seguridad. En Europa, pesa más la rapidez y comodidad del gesto.
Este cambio se produce en paralelo al avance de tecnologías como la tokenización, que
reemplaza los datos reales de la tarjeta por un código único —el token— que se transmite durante
la transacción. Según el informe, una de cada tres transacciones de e-commerce en España
ya está tokenizada, lo que ha permitido reducir el fraude hasta en un 60% e incrementar la tasa
de autorización en un 5%. La seguridad deja de ser un obstáculo y se convierte en facilitador de
experiencia.
El informe también revela una amplia predisposición a adoptar una identidad digital única. El 70%
de los usuarios latinoamericanos y el 60% de los europeos estarían dispuestos a utilizar una sola
credencial para pagar, identificarse y realizar operaciones financieras o de acceso a servicios.
Este cambio de paradigma anticipa una convergencia entre los mundos de la identidad, la
autenticación y la transacción.
Cinco desafíos que la industria aún no ha resuelto
A pesar del avance, el informe plantea cinco fricciones estructurales que la industria aún debe
resolver si quiere cumplir la promesa de una experiencia de pago verdaderamente universal,
segura y sin fricciones.
Primero, el acceso sigue siendo desigual: tener medios de pago digitales no garantiza poder
usarlos en todos los contextos.
Segundo, la seguridad aún se percibe como fricción: aunque tecnologías como la biometría y la
tokenización ya mejoran la experiencia, muchos usuarios siguen enfrentando procesos lentos o
poco intuitivos al pagar.
Tercero, falta integración: los sistemas de pagos no siempre funcionan igual entre países, bancos
o plataformas, lo que obliga al usuario a adaptarse.
Cuarto, pagar es cada vez más una forma de identificarse, y eso requiere reglas claras y
tecnología confiable.
Y quinto, la experiencia aún no es invisible: el objetivo ya no es solo pagar sin contacto, sino sin
obstáculos, sin interrupciones, sin esfuerzo.
Fuente: wecomunicaciones.