● El vegetarianismo no muestra grandes variaciones según la edad: jóvenes, adultos y mayores presentan cifras similares, con una leve concentración en el tramo de 18 a 30 años con un 8% y un repunte entre los mayores de 51 con 7%.
● La dieta omnívora, es decir la que incluye todos los grupos alimentarios sigue siendo mayoría, pero crece la diversidad alimentaria y la conciencia sobre salud
En medio del creciente interés por las dietas basadas en plantas, un nuevo estudio de CORPA entrega una fotografía actualizada de los hábitos alimentarios de los chilenos. El sondeo, realizado a más de mil personas adultas a lo largo del país, revela que el 85% de la población mantiene una dieta omnívora, mientras que sólo un 7% se identifica como vegetariana.
Aunque podría esperarse que esta tendencia fuera más fuerte entre los jóvenes, los datos desmienten esta suposición. La proporción de personas vegetarianas es similar entre los distintos grupos etarios, con un 8% en el rango de 18 a 30 años, un 6% entre los 31 y 50 años, y un 7% en mayores de 51.
“El dato más llamativo es que no se observan grandes diferencias generacionales. Incluso, las personas mayores de 50 años presentan una menor proporción de omnívoros, lo que puede estar vinculado a cambios de estilo de vida por motivos de salud o mayor conciencia alimentaria”, señala Pavel Castillo, economista conductual y Gerente de Intelligence en CORPA.
Más allá del vegetarianismo: flexitarianos, veganos y pescetarianos
El estudio también muestra que un 5% de los chilenos se considera flexitariano, es decir, tiene preferencia por una dieta vegetariana, pero consume carne o pescado ocasionalmente. Un 2% se identifica como pescetariano, es decir, consume pescados, mariscos, lácteos y huevos, pero no carne roja ni blanca y, un 1% se declara vegano, evitando completamente productos de origen animal
Esto significa que un 15% de la población sigue algún tipo de dieta no tradicional, una cifra que, aunque aún minoritaria, muestra una diversidad creciente en los patrones alimentarios del país.
Género, ingresos y percepción de salud: ¿qué influye en lo que comemos?
Las diferencias de género son notables: el 9% de las mujeres se declara vegetariana, comparado con solo un 4% de los hombres. Lo mismo ocurre con los flexitarianos: 7% en mujeres frente a 4% en hombres.
En cuanto a nivel socioeconómico, los segmentos C3DE presentan un 8% de vegetarianos, versus un 6% en los grupos ABC1C2. Aunque la diferencia existe, no es tan marcada como se podría suponer.
Un hallazgo interesante tiene que ver con la relación entre dieta y autopercepción de salud física. En el grupo que se califica con un 6 o 7 (en una escala de 1 a 7) en su estado físico, la proporción de personas con dietas no omnívoras aumenta al 21%, por sobre el 15% del total nacional.
“Esto no establece una relación causal, pero sugiere que quienes se sienten más saludables tienden a elegir estilos de alimentación más cuidadosos y conscientes. Puede estar vinculado a una mayor atención al bienestar físico o a decisiones informadas sobre nutrición”, detalla Castillo.
Restaurantes y cultura alimentaria: el entorno también cambia
El crecimiento de las opciones basadas en plantas no solo se ve en el consumo, sino también en la oferta gastronómica. Según Forbes (2025) Chile cuenta hoy con 659 restaurantes con opciones veganas, lo que lo ubica como el cuarto país de América Latina con más presencia de este tipo de locales. Santiago, además, es la tercera ciudad con más oferta vegana de la región, sólo detrás de São Paulo y Ciudad de México.
“Aunque las dietas no tradicionales aún son minoría, su visibilidad y acceso han mejorado significativamente. Esto ayuda a normalizar la diversidad alimentaria en espacios públicos y privados”, añade Castillo.
Este estudio no solo entrega cifras, sino que ayuda a entender las transformaciones culturales, sociales y de salud que atraviesa nuestra forma de alimentarnos. La aparición de nuevos perfiles alimentarios, su distribución por edad, género e ingresos, y su vínculo con el bienestar físico, permiten observar un país que, si bien sigue siendo mayoritariamente omnívoro, comienza a diversificarse y cuestionar sus hábitos.
Fuente: comunicate360.