Agradecemos la instancia y la posibilidad de ser escuchados. Comienzo presentando a la CPC:
- La Confederación de la Producción y del Comercio es el gremio empresarial chileno que agrupa a los principales sectores productivos del país: comercio, agricultura, minería, industria, construcción y banca.
- El propósito de la CPC es colaborar con la construcción de buenas políticas públicas que favorezcan el bien común; promover una cultura de integridad en las empresas; y contribuir al proceso de crecimiento económico sostenido para que las personas mejoren su calidad de vida, por medio del fomento del empleo, de la mejora en las oportunidades, del impulso a la iniciativa individual y del respeto a la propiedad privada.
- La CPC y sus ramas representa a grandes, medianas y pequeñas empresas de todas las regiones y rubros, aportando el sector privado más del 80% del empleo del país. De este porcentaje, 2 millones 700 mil son mujeres y el resto son hombres. El sector privado aporta más de 80% de lo que recauda el Estado en impuestos y más del 80% del PIB.
Desde este amplio y variado mundo empresarial que representamos, creemos que es imprescindible garantizar en la Constitución ciertos principios que son requisito para que nuestro país continúe dando cada vez más oportunidades de progreso para todos.
Para esto, es fundamental que sigan existiendo y creándose buenos emprendimientos en nuestro país, que puedan crecer y desarrollarse hasta convertirse en empresas medianas y grandes. Y ello requiere que la Constitución garantice la LIBERTAD DE EMPRENDER y de DESARROLLAR ACTIVIDADES ECONÓMICAS de manera SOSTENIBLE y, junto con ello, que proteja el DERECHO DE PROPIEDAD.
Las empresas, emprendedores y empresarios de Chile tenemos la convicción que el desarrollo debe ser sostenible, equilibrando lo económico, ambiental y social. Tenemos una profunda preocupación por lo que acontece con el cambio climático y nos estamos haciendo cargo de ello. Esto ocurre a todo nivel, en las empresas de distintos tamaños y distintos rubros. Por eso, mencionaré aquí algunas actividades que están haciendo un gran aporte al desarrollo sostenible y que muchos de ustedes que son de regiones, conocen bien:
- Gracias a las energías renovables que Chile ha desarrollado, podemos no solo contribuir a reducir el 0.3% de emisiones de gases de efecto invernadero que produce nuestro país y antes de las fechas comprometidas; tenemos también todas las condiciones privilegiadas para desarrollarlas mucho más en el futuro.
- Nuestra minería sustentable y de clase mundial, que cumple todos los estándares más exigentes a nivel internacional, nos permite producir cobre verde y litio verde, y potenciar el hidrógeno verde que será el combustible no contaminante que salvará el planeta, junto al cobre, al litio y a la electromovilidad.
- Quiero expresarles que la producción pesquera artesanal e industrial chilena se basa en comportamientos altamente sostenibles y responsables sobre los recursos naturales, permitiendo que su captura sea menor a la reproducción de especies y que haya recuperado las biomasas.
- La industria chilena del salmón cumple estándares equivalentes a países competidores europeos como Noruega y Finlandia por nombras algunos, contribuyendo a combatir el cambio climático por tener muy baja huella de carbono, bajo consumo de agua y tierra.
- También la industria, la agroindustria y la agricultura cumplen con todas las exigencias regulatorias nacionales e internacionales, incluso algunos van mucho más allá en exigencias que las regulaciones gubernamentales. Hoy los consumidores así lo exigen y las empresas chilenas lo cumplen.
- Y respecto a la industria forestal, quisiera decir que Chile hoy tiene 17 millones de hectáreas de bosques, de las cuales un 86% es nativo y ha crecido en los últimos 50 años, aportando -junto al 14 % de bosque exóticos de pinos y eucaliptus- a la biósfera y a la captura de carbono. Es un error decir que los bosques exóticos consumen más agua que los nativos; incluso un bosque consume la mitad de agua que un cultivo de leguminosas y menos que un cultivo de trigo, avena o maíz.
- Es verdad que a través de nuestros productos agropecuarios exportamos agua, pero también es verdad que importamos más agua que la que exportamos a través de la importación de carne, trigo, maíz, soya y otros necesarios para nuestro sustento. Así en el neto Chile importa más agua que la que exporta.
Todos sabemos que necesitamos una producción sostenible que permita que Chile se desarrolle en equilibrio con el medio ambiente y nos hagamos cargo de colaborar en combatir el cambio climático. Pero esto no es posible de sostener y realizar sin minerales para la electromovilidad; sin bosques que permitan reemplazar el uso de plásticos por madera y papel; sin producción de alimentos funcionales que el mundo requiere para alimentarse; sin una industria que permita la senda del desarrollo; y sin construcción de viviendas, carreteras, puertos e infraestructura necesaria para continuar el desarrollo tan
importante para la creación de empleos de calidad y bienestar de todos los chilenos y chilenas. Solo con estabilidad y buenas reglas Chile podrá progresar.
Partiendo de la base de que cualquier actividad económica para ser viable debe ser sostenible, también es fundamental lograr una cancha lo más pareja posible, con mercados verdaderamente competitivos, donde los nuevos emprendedores puedan «desafiar» a los actores existentes, sin ningún espacio para el abuso ni para la discriminación, y el que no cumpla, debe ser severamente sancionado.
Corresponde, entonces, que a nivel Constitucional se fortalezcan principios fundamentales que reconozcan la importancia de generar bienestar para todos, a partir de la creatividad y la iniciativa privada.
Vemos con preocupación miradas o propuestas respecto del decrecimiento de la economía y el ecocentrismo. Ustedes tienen la misión de redactar esta solemne Constitución; y el encargo de la ciudadanía que los eligió es hacerlo con responsabilidad y sin extremos que puedan impedir el buen resultado. Hoy más que nunca Chile requiere de más oportunidades, más crecimiento, más inclusión, más preocupación por el medio ambiente. Y se requiere no poner en riesgo los avances necesarios para llegar al anhelado desarrollo.
Nunca un extremo político, cultural, ideológico ha permitido desarrollo y avances para las personas y los países. Es cosa de leer la historia reciente para darnos cuenta de la importancia de la racionalidad, los equilibrios y la primacía del bien común.
En la nueva Constitución, tenemos la oportunidad de incluir los principios que nos permitan contar con los requisitos para el desarrollo; que sea una Constitución duradera, de todos y para todos; que una y no divida a la sociedad y nadie la sienta como una amenaza; que goce de la máxima legitimidad gracias a que todos sean escuchados y puedan sentirse incluidos en su contenido; que nos dé estabilidad para desarrollarnos como personas y como sociedad.
Dicho lo anterior, ¿qué creemos que debe contemplar la nueva Constitución si queremos construir un país que genere progreso continuo, nuevas fuentes de recursos que provean bienestar para todos, dentro de un marco de total respecto al desarrollo sostenible?:
- Debe quedar consagrado el derecho a que cualquier persona pueda desarrollar la actividad económica que libremente decida, en conformidad con la ley, el orden público, la seguridad nacional, la ética y, por su puesto, el desarrollo sostenible.
- La promoción de este derecho y la creación de las condiciones para su ejercicio es siempre un deber del Estado, que debe generar las condiciones necesarias y suficientes que faciliten y promuevan la creación de empresas, independiente de su tamaño, forma o giro, potenciando la innovación y los emprendimientos diversos.
- El fruto del trabajo de quien desarrolla una actividad económica, emprende o se desenvuelve en el ámbito económico-empresarial, le pertenecen a la propia persona. Por eso, es necesario reconocer y consagrar en la Constitución el derecho a la propiedad, que es lo que permite a cada uno concretar su proyecto de vida a través de los legítimos beneficios que su trabajo le reporta.
- El ejercicio de todo emprendimiento o actividad económica debe desarrollarse en igualdad de condiciones para todos los potenciales competidores, y con herramientas eficaces para que el Estado pueda detectar, fiscalizar y sancionar cualquier acción que pudiera atentar contra la libre competencia.
- Los bienes y servicios que las personas necesitan para vivir y realizarse con dignidad deben ser provistos por el Estado y los privados, en un sistema mixto basado en la libre elección, consagrando el principio de colaboración.
- El Estado sólo podrá actuar como empresario en caso que una ley lo haya autorizado y deberá ceñirse a los mismos cuerpos legales que regulen la actividad empresarial privada.
- La actividad empresarial, tanto privada como del Estado, siempre deberá ejercerse respetando en plenitud la dignidad humana y los derechos propios de la persona. En otras palabras, la empresa debe tener al centro a la persona, respetando sus derechos humanos y previniendo riesgos o posibles impactos en ella y su entorno.
Fuente: CPC.