La investigación a cargo de un equipo de la Usach, identifica mecanismos de defensa y reparación de tejidos branquiales.
Un pionero estudio a cargo de un grupo de investigadores de la Universidad de Santiago logra identificar aspectos claves para mejorar la salud y bienestar de los salmones en cultivo.
Esto, producto de la enfermedad del Complejo Branquial (Complex Gill Disease, CGD), la que afecta a las branquias —el órgano respiratorio de los peces— causando inflamación, proliferación celular, dificultad para respirar, estrés crónico, inmunodepresión, menor crecimiento y, en casos severos, alta mortalidad.
En Chile, esta enfermedad se presenta con una frecuencia cada vez mayor en los cultivos marinos de salmón del Atlántico, trucha arco iris y salmón coho, siendo los primeros los más susceptibles, donde confluyen factores ambientales y, en muchos casos, diversos patógenos (bacterias, virus y parásitos).
La investigación, liderada por Felipe Reyes del Centro de Biotecnología Acuícola (CBA) de la Usach, se realizó con salmones de un centro de cultivo en los fiordos de la Patagonia, ofreciendo una visión sin precedentes sobre los mecanismos moleculares que regulan la respuesta inmune y la reparación de tejidos en los peces afectados.
El estudio analizó el tejido de las branquias de salmones sanos y de aquellos afectados con CGD. Los investigadores dividieron las muestras de los peces afectados por la CGD en filamento branquial dañado y no dañado para comparar su respuesta a nivel de expresión génica.
- En el tejido branquial dañado, encontraron que el salmón promueve un ambiente inflamatorio, lo que indica que el cuerpo está en plena batalla contra la afección. Sin embargo, al mismo tiempo, los procesos de reparación, comunicación y organización celular estaban menos activos, lo que sugiere que la capacidad de los tejidos para regenerarse se ve comprometida.
- En el tejido no dañado (adyacente a las zonas afectadas), los científicos observaron en la respuesta inmune un mecanismo de “freno”. Esto, parece ser un intento del salmón por controlar la inflamación y evitar que el daño se extienda a otras partes de la branquia.
Desde el Centro apuntan que estos descubrimientos son cruciales porque demuestran que el salmón del Atlántico no solo reacciona a la CGD, sino que también intenta modular o controlar el daño de manera localizada.
“Este conocimiento es fundamental para comprender cómo los salmones responden a CGD y cómo podríamos favorecer sus mecanismos de reparación y control de inflamación”, explicó el investigador Felipe Reyes.
Esto es relevante ya que Chile es actualmente el segundo principal productor de salmón del Atlántico, siendo esta industria la segunda de mayores ingresos por exportaciones realizadas desde nuestro país.
Fuente: Usach.