Chile concluyó hoy su proceso de cambio constitucional rechazando la propuesta de carta magna, con lo que seguirá vigente la actual Constitución. Este resultado, promovido por fuerzas de centro, derecha y algunos representantes del socialismo, supone el reinicio de un nuevo proceso constituyente, aunque dependerá de los acuerdos que se gesten entre el Ejecutivo y el Congreso.
Santiago, 04 de septiembre de 2022
Tal como lo habían previsto las encuestas, Chile se pronunció en las urnas y desechó la propuesta constitucional realizada por el grupo de 155 convencionales electos para ese fin. La opción Rechazo se impuso con un 61,9% (7.768.020) de los votos por sobre el 38,1% (4.780.706) obtenido por el Apruebo en el plebiscito constitucional de este domingo. Si bien, el Servicio Electoral aún está realizando el conteo de los votos, con el actual 98,4% de las mesas de votación escrutadas, la tendencia es definitiva y el Rechazo ganó en todas las regiones del país por una amplia diferencia.
Puede decirse que el gran perdedor de esta jornada es el gobierno y las alianzas que lo respaldan, el Frente Amplio (alianza de jóvenes partidos de izquierda), el Partido Comunista y parte del socialismo, quienes se mostraron favorables al cambio constitucional durante el proceso.
LA JORNADA
En total normalidad, a eso de las 9:00 de la mañana ya se habían constituido el 100% de las mesas de votación. Desde el retorno a la democracia, Chile no tenía una elección con voto obligatorio. Hasta 2012 era obligatorio sufragar, pero solo para quienes previa y voluntariamente se hubiesen inscrito en los registros electorales. Luego de esto se optó por el voto voluntario con inscripción automática.
Hasta el momento se han contabilizado
12.822.395 de votos que cifrarían la participación en más del 80%, de un padrón total de 15.173.857 electores, compuesto de un 51% de mujeres y 49% de hombres. La participación electoral en el plebiscito de octubre de 2020 que aprobó entrar en este proceso había alcanzado el 50,9% del padrón, aunque sin obligación de sufragar.
Desde abril, las encuestas de opinión habían comenzado a mostrar que la opción Rechazo superaba al Apruebo, tendencia que se mantuvo durante todo el periodo de campaña, aunque esa brecha había empezado a estrecharse en el último tiempo, pero siempre con un promedio cercano a los 10 puntos de diferencia.
Bastante alejados de los casi 24 puntos que hoy separan a una opción de la otra.
EL PROCESO
El proceso constitucional se inició formalmente en noviembre de 2019 con un
acuerdo político transversal, en el complejo panorama del estallido social, bajo el gobierno del expresidente Sebastián Piñera
—centro derecha— donde se registraron protestas de una magnitud inusitada con múltiples demandas ciudadanas.
Ante esta situación, las fuerzas políticas del Congreso acordaron consultar a la ciudadanía la pertinencia de redactar una nueva Carta Magna, en el llamado Acuerdo por la Paz Social y la nueva Constitución.
En ese plebiscito llamado “de entrada”, un 78,2% de la ciudadanía aprobó que se redactase una nueva Constitución y que fuera un órgano electo especialmente para dicha función quien lo hiciera (79%), sin participación de parlamentarios.
Al año siguiente, la elección de convencionales tuvo un resultado atípico para el sistema político chileno, resultando electos 155 constituyentes, con una composición paritaria, mayoría de independientes y una baja representación de la derecha, además de 17 escaños reservados para pueblos originarios.
acuerdo político transversal, en el complejo panorama del estallido social, bajo el gobierno del expresidente Sebastián Piñera
—centro derecha— donde se registraron protestas de una magnitud inusitada con múltiples demandas ciudadanas.
Ante esta situación, las fuerzas políticas del Congreso acordaron consultar a la ciudadanía la pertinencia de redactar una nueva Carta Magna, en el llamado Acuerdo por la Paz Social y la nueva Constitución.
En ese plebiscito llamado “de entrada”, un 78,2% de la ciudadanía aprobó que se redactase una nueva Constitución y que fuera un órgano electo especialmente para dicha función quien lo hiciera (79%), sin participación de parlamentarios.
Al año siguiente, la elección de convencionales tuvo un resultado atípico para el sistema político chileno, resultando electos 155 constituyentes, con una composición paritaria, mayoría de independientes y una baja representación de la derecha, además de 17 escaños reservados para pueblos originarios.
Se han desarrollado conversaciones cruzadas en las distintas fuerzas políticas, de izquierda a derecha, también del Ejecutivo, pero no han sido concluyentes, pues lo que viene dependerá de las correlaciones de fuerza que quedarían establecidas tras el resultado del plebiscito de hoy.
Esta mañana, tras sufragar, el Presidente Boric señaló que su voluntad es convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores de la sociedad civil y los partidos políticos para seguir adelante con el proceso de cambio constitucional. Pero queda por ver si tras el contundente resultado de este plebiscito tendrá el capital político para liderar la nueva etapa.
Durante la campaña, el oficialismo y la oposición han manifestado su interés por hacer cambios a la nueva Constitución.
Para esto, han elaborado propuestas y compromisos de reformas al texto, las cuales deberán ser negociadas en el actual Congreso, que no tiene una mayoría clara que pudiera viabilizar dichas modificaciones. Para esto, se requerirán acuerdos lo suficientemente amplios entre las fuerzas que apoyaron las opciones Apruebo y Rechazo.
Lo que se viene no es fácil para el Gobierno. El Presidente Boric, previo al plebiscito, dijo que revisaría su equipo ministerial; tiene pendiente nombrar al titular del Ministerio de Desarrollo Social, ya que la ahora exministra Jeannette Vega debió dejar el cargo la semana pasada, luego de una polémica por contactarse con un grupo radical mapuche.
Se estima que el Gobierno buscará ampliar la conversación hacia diversos sectores, llamando a los poderes del Estado a formar parte de la nueva etapa tras el plebiscito de hoy, generando instancias de diálogo con el mundo empresarial y retomando contactos con personajes de influencia en sectores cercanos al centro político.
Fuente: Llorente y cuenca.