Así lo señaló el académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, José Antonio Leiva, quien destacó que en esta fecha la tradición cristiana celebra al Dios que se hace presente en lo frágil y en lo pequeño, por lo que el gesto de regalar adquiere mayor profundidad cuando participa de la lógica de la gratuidad, por ejemplo, ofreciendo tiempo, cuidado o escucha a quien lo necesita.
Navidad: regalar no consiste en acumular objetos, sino que es expresar gratitud
Así lo señaló el académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, José Antonio Leiva, quien destacó que en esta fecha la tradición cristiana celebra al Dios que se hace presente en lo frágil y en lo pequeño, por lo que el gesto de regalar adquiere mayor profundidad cuando participa de la lógica de la gratuidad, por ejemplo, ofreciendo tiempo, cuidado o escucha a quien lo necesita.
Se acerca la Navidad y pareciera que los regalos son el centro de la celebración. Sin embargo, para el mundo cristiano este tiempo conmemora el nacimiento de Jesucristo y posee un profundo sentido religioso asociado al amor, la paz y la esperanza. Por eso la invitación es a vivirlo como una instancia de encuentro, compartiendo en familia y con los seres queridos.
La preparación de la Navidad es muy importante para la Iglesia y por ello dispone de un tiempo inicial denominado Adviento, que significa mantenerse en espera y vigilante ante la llegada del Niño Dios y que puede acompañarse de algunos signos o expresiones simbólicas, como el árbol de Navidad y el pesebre.
El académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV, José Antonio Leiva, señaló que el pesebre es el símbolo más representativo de esta época y que es una tradición que posee un profundo valor pedagógico y espiritual, pues se trata de comprender que allí “Dios se hace presente en lo frágil y en lo pequeño, nos ayuda a pensar en eso, en cómo aprender a soltar inseguridades, bajar las defensas, disminuir los ruidos para que comience ese tiempo donde Dios se hace presente”.
Pero ¿qué sucede entonces con los regalos? ¿son importantes para vivir la Navidad?
José Antonio Leiva indicó que realizar obsequios no es un problema en sí mismo, mientras no pierdan su sentido, pues para la tradición cristiana regalar no es acumular objetos, sino que es expresar gratitud o gratuidad. “Es agradecer, pero también es algo que se nos da como un don y que podemos entregar gratuitamente. El regalo de que Dios nazca como uno de nosotros, no es algo que merezcamos o que compremos, sino que es Dios mismo que se entrega”, señaló, añadiendo que “el gesto del regalo adquiere profundidad cuando participa de esa lógica de la gratuidad. Por ejemplo, dar tiempo y atención, escuchar, estar presente, cuidar a alguien que lo necesita. Eso también es regalar”.
El académico recordó algunas reflexiones del Papa Francisco en torno al riesgo del consumismo en esta época, pues cuando se coloca en el centro de la celebración puede provocar que se pierda su sentido. “Cuando todo queda reducido a compras, a urgencias, a exceso, se puede estar perdiendo el sentido de la Navidad, el centro, porque ella invita a otro movimiento, no a comprar ni a los excesos, sino que invita a menos cosas, más sentido, menos ruido, más vínculo, menos control y más confianza”, finalizó.
Fuente: PUCV