No obstante, un 40,8% de los chilenos enfrenta el fin de año con más esperanza que el anterior, pese a que la inseguridad (32,6%) y la necesidad de aumentar ingresos (33,7%) son las principales preocupaciones y prioridades personales respectivamente.
Una reciente encuesta elaborada por el Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS), y realizada a 911 personas, revela la dualidad que viven los ciudadanos en Chile: llegando la última milla del año, existe una alta esperanza individual y familiar respecto de la situación económica, pero esto choca con una realidad nacional percibida como insegura y económicamente restrictiva, forzando ajustes profundos en el gasto de fin de año.
El 57,6% de los encuestados señala que destinará menos presupuesto para las festividades de Navidad y Año Nuevo respecto del año pasado, mientras que solo un 7,9% planea gastar más. Entre los motivos, destaca que la “situación económica familiar está peor” (45,2%).
Factores de desempleo y endeudamiento
Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la USS, explica que las causas de este deterioro son, principalmente, estar sin empleo o desempleado (33,5%), la disminución del ingreso familiar (33%), además del alto nivel de endeudamiento (21,6%).
Más de la mitad de los encuestados (54,9%) que señalaron gastarán menos este fin de año ajustarán el bolsillo en todas las categorías consultadas: regalos, cena, traslados, etc. Si bien los regalos siguen concentrando la mayor parte del presupuesto (47%), son el ítem que más recortes tendrá, tanto en menor cantidad y como por costo (30%). Pese a este contexto, el 40,8% de los encuestados enfrenta estas fiestas con “más esperanza que el año pasado”.
Weber explica que “la brecha entre el ajuste de gastos y la esperanza es clave. Las familias están siendo responsables, priorizando la estabilidad y evitando el riesgo, ya que la mayoría (70,2%) señala que no se endeudará para las fiestas”. Lo que está en sintonía con la intención de aumentar los ingresos (33,7%) como principal prioridad para 2026, seguido de ahorrar para el futuro o situaciones complejas (17,3%). “Es un ciudadano que exige señales macroeconómicas coherentes para convertir esa esperanza en inversión y consumo real”, agrega.
Preocupaciones actuales y prioridades
La agenda pública y personal de los chilenos está dominada por la seguridad y las demandas de mayor eficiencia gubernamental. Casi un tercio (32,6%) afirma que su principal preocupación actual es la delincuencia y la inseguridad, superando las inquietudes por salud (23,2%) y temor a perder el empleo (15,3%).
Comparando con la medición de 2024, 8 de cada 10 personas (79,1%) considera que la calidad de la política está “peor”. Misma lógica sigue la corrupción (76,6%), costo de la vida (70,4%), crimen organizado y narcotráfico (68,3%), confianza en las instituciones (67,8%), migración (66%), seguridad pública (57,9%), estado de ánimo en general (57,4%), pobreza (53,8%) y empleo (52,4%).
Chile, si fuera una familia…
Llegando al término de 2025, marcado por las elecciones presidenciales y parlamentarias, también se percibe un ambiente social más crítico, ya que más de la mitad de los chilenos percibe las celebraciones de fin de año como algo o muy confrontacional (56,5%).
Por otra parte, el “regalo” más importante que los ciudadanos les darían a las nuevas autoridades que asumen en marzo de 2026 es la capacidad de gestión para resolver problemas (29%), seguido de capacidad de diálogo (18,5%) y foco para priorizar los problemas más urgentes (16,7%).
Finalmente, si dependiera de los ciudadanos mejorar la calidad, estos regalarían más y mejores empleos (31,7%), que sube considerablemente respecto a medición anterior (7,1 pp), además de mayor seguridad pública (23,9%).
Revisa los resultados de la Encuesta Chile Nos Habla – Fiestas de Fin de Año.
Fuente: USS