- LLYC desarrollo un informe que expone los impactos de la pandemia en la prestación de servicios y dotación de insumos para la salud y ofrece un diagnóstico sobre las necesidades actuales y posibles soluciones para que los gobiernos y las empresas puedan colaborar en la recuperación de la confianza en el sector y el mercado
La consultora LLYC elaboró el informe “Lo que la pandemia se llevó: el ABC para recuperar la salud y la confianza en las empresas”, donde analiza el impacto de los dos complejos años en el ámbito de la salud y el impacto en la vida de muchos pacientes, sobre todo, con enfermedades crónicas.
En él, se señala que además de los perjuicios que la pandemia provocó a la población humana, uno de sus múltiples daños alcanzó de forma masiva a los empleos e incluso desató una crisis económica sin precedentes. La lección de este periodo demostró que la salud y el bienestar en general son parte esencial en la economía global.
La pandemia representó retos para todos los actores del sector salud, los gobiernos, la comunidad médica y las empresas del rubro farmacéutico y tecnológico en el campo de la salud. Este sector ha sido muy criticado por la falta de transparencia y su incapacidad de minimizar el impacto de las enfermedades en vista hacia sociedad más sana y productiva.
Según un reporte publicado en julio del presente año, la Organización Mundial de la Salud detectó una disminución en la cobertura de vacunas para infantes en los últimos 30 años, reportando niveles críticos sobre la exposición a enfermedades muy graves pero prevenibles mediante los tratamientos asistenciales. La limitación de vacunas y disponibilidad de las dosis constituye apenas un ejemplo del gran impacto que provocó la interrupción de los servicios y medidas de contención contra el COVID-19. También hubo alarmantes datos sobre la pérdida de la cobertura en un 25% para la primera dosis contra el virus del papiloma humano (VPH) o la disminución de tratamientos para personas con enfermedades crónicas.
Los antecedentes que entrega la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indican que pese a representar apenas un 8,4% de la población afectada, durante 2021 aumentó una quinta parte de casos confirmados de COVID-19 y un alza del 30% respecto a las muertes en el mundo. El lento crecimiento económico estancado durante muchos años provocará una crisis económica y social por las siguientes décadas.
Nuevas amenazas
La viruela del mono es una amenaza para los sistemas de salud. Este brote de viruela es un virus endémico de África transmitido probablemente por roedores y que reporta 1.600 casos confirmados en 39 países, del total 32 son países donde ya llegó esta enfermedad. Estas cifras que presentan los organismos intergubernamentales suponen potenciales amenazas para los débiles sistemas de salud y algunos expertos cuestionan que no emitan alertas para estar mejor preparados en caso de una nueva epidemia “es una situación muy nueva en la que hay sorpresa y preocupación”, afirmó Peter Horby, director del Instituto de Ciencias de la Pandemia de la Universidad de Oxford (Reino Unidos).
La OMS sostiene que debemos recuperar el tiempo perdido y especialmente para las personas que no han sido vacunadas todavía, “de lo contrario, presenciaremos inevitablemente el aumento de brotes, de niños enfermos y de la presión sobre unos sistemas de salud ya de por sí sobrecargados”. Y la OPS, a través de su documento “La prolongación de la crisis sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social” insta a los gobiernos para acelerar los procesos de vacunación, robustecer los sistemas de salud, potenciar la inversión pública para el control de la pandemia con el objetivo de avanzar hacia una recuperación con igualdad y sostenibilidad.
Las recomendaciones de la OMS para reducir las desigualdades en cuanto a la esperanza de vida y la salud instan a aportar un 1% más en el Producto Interno Bruto para el sector salud para aumentar el acceso a servicios esenciales de calidad. También la OCDE asegura que invertir en salud no solo salva vidas, sino que es una inversión crucial en la economía porque la falta de servicios y las enfermedades crónicas perjudican la productividad, dificultan el empleo y afectan negativamente al desarrollo del capital humano. La clave está en una transición hacia un nuevo enfoque de financiación centrado en las necesidades, el valor para el paciente y su calidad de vida.
Las asociaciones público-privadas (APP) no son una realidad muy extendida en América Latina, esto porque no se ha encontrado un modelo de inversión que sea ventajoso para ambas partes, además de la brecha de financiamiento, falta de eficiencia en las inversiones de los gobiernos de la región y un contexto de restricciones fiscales como señaló el Servicio de Asesoría y Financiamiento Mixto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Invertir en comunicación posee un rol crítico en dos ámbitos: la promoción de hábitos de vida saludable y la difusión de medidas para prevenir la aparición y desarrollo de enfermedades para cuidar la salud. Resulta urgente el diseño e implementación de grandes campañas, que involucren una alianza entre gobiernos, empresas farmacéuticas, diagnósticos y dispositivos médicos, la comunidad médica y la sociedad civil organizada para mejorar los estados de salud de la población y pensar en la sostenibilidad del sistema de salud.
ABC para la recuperación de la salud y la confianza en las empresas
- Ganar confianza
Las empresas farmacéuticas, de diagnóstico, dispositivos y tecnologías para la salud tienen un compromiso para trabajar de manera conjunta con gobiernos y otros participantes del sector salud, y poder ofrecer mejores servicios y resultados para los pacientes.
Para recuperar la confianza en la sociedad, las empresas deben transmitir una comunicación proactiva, frontal, transparente, colaborativa en los territorios de conversación adecuados. Las empresas deben convertirse en coprotagonistas de la agenda pública y de la generación de credibilidad, diferenciación y posicionamiento en temas de salud pública, identificación y respuesta a las necesidades de pacientes, liderazgo de opinión, creación de narrativa y selección de canales adecuados serán críticos en la generación de confianza.
Las empresas deben aprovechar el valor de la capacidad de respuesta para enfrentar amenazas de salud gracias a la innovación, que demostró la pandemia.
- Entender el entorno y el valor de los datos
Entender el entorno y la situación que enfrenta cada jugador del sector es un aspecto esencial. El uso de plataformas digitales para compartir las experiencias, entender mejor las enfermedades y ayudar a controlar la salud son fenómenos en crecimiento entre los pacientes, pero todavía existe una falta de orientación para una comunicación efectiva.
El uso del big data es incipiente y la inteligencia artificial para el uso de información generada por médicos y pacientes por parte de las empresas del sector salud es una importante oportunidad para comprender el contexto en que se prescriben medicamentos o su impacto e incluso identificar las necesidades insatisfechas y patrones de comportamiento.
Las nuevas tecnologías brindan la posibilidad de investigar, entender al entorno y descubrir los desafíos para tener ventajas competitivas.
- Fortalecer el liderazgo, contrarrestar la desinformación y dominar la conversación
Entender los públicos, las comunidades y conversaciones; definir objetivos y comprender motivadores y el journey de prescriptores y pacientes; así como identificar territorios de conversación y activar proactivamente acciones de comunicación efectiva fortalecerá el liderazgo y diferenciación de las empresas del sector salud para conectar de mejor manera con sus audiencias y construir un nuevo liderazgo para la innovación.
Actuar contra la desinformación y las fuentes no confiables para la salud de los pacientes es uno de los grandes retos en este sentido. Con el acceso a internet, los pacientes en reiteradas oportunidades acuden a un autodiagnóstico y para contrarrestar esta situación, es fundamentar usar la transformación digital y la creación de contenido fresco, atractivo y confiable sobre padecimientos y beneficios de la consulta médica y la medicina basada en evidencia, para que los pacientes puedan acceder a información veraz por canales adecuados.
Estamos mejor preparados
Por múltiples recomendaciones que existan, la predicción para enfrentar las segundas partes es aún difícil, especialmente si dependen de los organismos locales de salud pública con las deficiencias que implica. Ciertamente, un próximo brote es inevitable, y para ellos los gobiernos, las empresas y los ciudadanos deben construir un sistema sanitario que responda a las necesidades actuales y preparado para futuras amenazas.
Las instituciones que inviertan en salud y apuesten por garantizar el acceso a información confiable, a medicina basada en evidencia, a las pruebas de detección y los procedimientos médicos para evitar que se agraven los efectos sanitarios de un nuevo brote.
Y, por último, las alianzas público-privadas que luchen por reducir las desigualdades en el acceso a la salud, que fomenten el aumento de profesionales de la salud y las organizaciones que establezcan a la salud como prioridad resultan imprescindibles para lograr un cambio hacia una sociedad más saludable y sistemas de salud mejor preparados.
Fuente: Llorente y Cuenca