El Registro Civil se apoya en la documentación de la Iglesia, derivando, incluso, a las personas para la búsqueda de antecedentes familiares previo al año 1982.
No es raro ver que al archivo lleguen distintos usuarios para conocer su árbol genealógico, saber quiénes son sus familiares, rectificar los apellidos que alguna vez fueron mal escritos y conocer el origen de estos, ya que el Archivo Histórico de la Iglesia Católica cuenta con estos documentos. Los que derivan, a su vez, en trámites de posesiones efectivas, trámites de herencia y de doble nacionalidad.
Son estudiantes, investigadores, arquitectos, historiadores, diseñadores y psicólogos, entre otros profesionales, quienes recurren al recinto en búsqueda de una fuente primaria de información.
El documento más antiguo del que se tiene registro, es un certificado de matrimonio en la parroquia del sagrario de 1578.
Son tres depósitos de más de 600 mil documentos, que ponen las bases de hojas gastadas, en las que destacan, las comunicaciones entre los obispos y el rey, con Roma, entre obispos, cabildos, información sobre parroquias, entre otros.
Aunque no sólo cuenta con documentos eclesiales, entre los documentos más vistos por los usuarios, también está el certificado de defunción de Camilo Henríquez (sacerdote promotor de la independencia de Chile), la creación del cementerio general con la firma de Bernardo O’higgins (Director Supremo de Chile), cartas de Marchant Pereira, Capellán del ejército chileno, en medio de la guerra del Pacífico, la construcción de la división del canal san Carlos, que separa las aguas del Maipo y el Mapocho en 1801 y los documentos de cobros de pesos (proceso previo a los créditos hipotecarios).
Este Archivo Diocesano, comenzó en 1880 con el segundo Arzobispo de Santiago, Rafael Valentín Valdivieso, para realizar las tareas del Registro Civil, previo a la separación del clero con el Estado. Hoy, funciona bajo la dependencia de la Cancillería del Arzobispado de Santiago de Chile y se alimenta de fondos del Gobierno, parroquias, tribunal eclesiástico y el fondo histórico parroquial, contando con material en papel, microfilms y copias digitalizadas.
Además, existe una intervención periódica del personal del Archivo con técnicas de conservación preventiva: limpieza, control de temperatura y humedad, control de insectos y hongos, seguridad del patrimonio documental. Proceso en el que ha colaborado con fondos el ministerio de cultura de España.
A esto se suma el aporte de monógrafos entregados por la Universidad de Harvard, donde se exhibe gran parte del material, para evitar el daño a los documentos originales.
El archivo está abierto de lunes a jueves, de 9 am a 17:30 horas.
Fuente: Prensa Arzobispado de Santiago.