El último estudio elaborado por McKinsey & Company identificó un cambio estructural en el uso de las segundas viviendas a nivel global. Según el informe “The State of Tourism and Hospitality 2024”, el 75% del gasto mundial en turismo ya corresponde a viajes domésticos, lo que ha impulsado una transformación en las expectativas de los propietarios y en los modelos de acceso a propiedades vacacionales.
Entre las principales conclusiones, destaca una preferencia creciente por soluciones más eficientes y flexibles. Esto incluye un mayor interés por experiencias personalizadas, formatos residenciales no tradicionales y una redefinición del concepto de lujo, que hoy se vincula más a la funcionalidad y al uso real que a la propiedad absoluta.
En este escenario, el modelo de copropiedad por fracciones —que permite compartir legalmente una vivienda entre varios usuarios, con semanas de uso rotativas y costos compartidos— ha comenzado a expandirse en distintos mercados, incluyendo Chile.
Una de las empresas que ha adoptado este enfoque es la startup nacional Legria, que ya opera bajo este modelo en zonas como Pucón, Las Tacas, Cachagua, Zapallar, Cantagua , Lago Ranco, entre otras. La compañía permite que hasta ocho personas adquieran una fracción de una segunda vivienda a través de una sociedad por acciones (SpA), con acceso garantizado durante el año y gestión operativa completa incluida.
“Hoy las personas valoran más la experiencia y el uso que la tenencia exclusiva. En muchos casos, tener una segunda vivienda de forma tradicional implica altos costos y una baja frecuencia de uso. Nuestro modelo responde a eso con una propuesta más práctica y ajustada al estilo de vida actual”, señaló Ignacio del Río, CEO de Legria.
La proptech continúa robusteciendo su oferta en zonas turísticas del país, en línea con el aumento sostenido en la demanda por parte de familias, profesionales y grupos de amigos que buscan una alternativa más accesible y funcional para acceder a casas de descanso.
Según McKinsey, este tipo de soluciones podrían consolidarse durante los próximos años como parte de una transformación estructural en la forma de habitar y aprovechar los espacios vacacionales, impulsada por el cambio de prioridades de los consumidores y la necesidad de mayor eficiencia en el uso de activos.
Fuente: Vital Comunicaciones