A través de una investigación colaborativa que buscaba descubrir cuánto interés existe en los profesores de religión, y si bien los resultados demuestran una baja participación, la buena relación entre docentes y alumnos es uno de los puntos altos de este estudio.
Santiago, 6 de Agosto de 2025. La educación católica en nuestro país vive un complejo momento debido al enfoque laico y a la reducción de lo religioso a una entrega de valores generales que existe por parte de los establecimientos educacionales. Así lo arrojó un estudio realizado entre la Delegación Episcopal para la Educación y Cultura y el Instituto Escuela de la Fe de la Universidad Finis Terrae, que pudo identificar diversos resultados al cual se enfrentan a diario en los diferentes recintos educacionales.
En ese sentido, un 47,2% de los desafíos encontrados hablan de una baja participación estudiantil, sumado a la falta de apoyo familiar que hacen difícil la labor de los profesores en los recintos escolares. Por otro lado, a pesar de esta importante cifra, los docentes se encuentran satisfechos por el vínculo que logran generar con sus estudiantes. Uno de los testimonios anonimizados explica una de las razones del desinterés que existe por parte de los jóvenes: “La falta de incidencia de la calificación en el promedio final es frustrante. Los estudiantes te dicen directamente: Profe, esto no me sirve para la PSU, para la universidad, para nada”.
Por lo mismo, Patricio Jaramillo, Director del instituto Escuela de la Fe de la Universidad Finis Terrae, detalla la importancia de la formación religiosa en los estudiantes de educación primaria y secundaria: “A la luz de los programas de Educación Religiosa Escolar Católica 2020, la clase de religión, en un sentido amplio, es un aporte para todo estudiante. Más allá de una cuestión confesional, aporta a la formación integral de la persona, promueve el diálogo fe, vida, cultura; genera espacios de sentido en contextos complejos, favorece la construcción de identidad y pertenencia, aporta herramientas éticas para la vida cotidiana. A su vez, para quienes se declaran creyentes católicos, es un espacio para formarse como persona, capaz de actuar en coherencia con el Evangelio, discernir éticamente y comprometerse en su entorno con sentido cristiano”.
Jaramillo recalcó el aporte que entrega la Universidad Finis Terrae a los profesionales de la educación religiosa: “Desde hace más de 25 años, la Universidad aporta en este ámbito a través del Instituto “Escuela de la Fe”, a través de una amplia oferta de cursos y programas académicos como Diplomados, Postítulos y Magíster. Promueve la generación de conocimiento experto y su difusión a través de revistas indexadas y de divulgación, libros y eventos académicos. Mantiene alianzas con universidades e instituciones eclesiales nacionales e internacionales. A través de estos medios el Instituto responde a los desafíos educativos y evangelizadores actuales, articulando formación, investigación y redes al servicio de la Iglesia y la sociedad”.
En esa misma línea, el Obispo Auxiliar y Vicario General del Arzobispado de Santiago, Monseñor Alberto Lorenzelli, quien además es presidente del área de educación de la conferencia episcopal de Chile, también tuvo palabras para los desafíos que existen a la hora de de enseñar la religión: “Hoy la enseñanza de religión creo que es una de las disciplinas que se demuestra más difícil. Por la sociedad en que vivimos. Pero la enseñanza presenta los desafíos de cómo llegar a los primeros educadores que son los padres y apoderados, en los temas que más nos urge como el primer anuncio y la venida de Jesuscristo”.
Por último, uno de los datos que demostró este estudio, es que el 62% del perfil de los docentes, son mayores de 45 años, lo que sugiere un cuerpo docente maduro y experimentado. Esto explica que un 34,3% sugiere una alta demanda en la necesidad de metodologías pedagógicas innovadoras.
Fuente: Universidad Finis Terrae