Los parlamentarios también concordaron en la pertinencia de que un adulto acompañe al joven paciente en el caso de confirmarse la presencia de la enfermedad.
En condiciones de ser visto por la Sala quedó el proyecto que busca eliminar, en los exámenes de detección del VIH, el consentimiento de un representante legal para los mayores de 14 años.
Esto luego que los integrantes de la Comisión de Salud aprobaran la idea de legislar y a la vez acordaran con el Ejecutivo redactar una indicación orientada a entregar el debido apoyo al menor, cuyo test de Elisa arroje positivo.
En la sesión estuvieron presentes autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) y representantes de la fundación Savia y del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
Tanto los legisladores Guido Girardi como Jacqueline Van Rysselberghe, valoraron dar luz verde a la idea de legislar y a la vez coincidieron respecto a la necesidad de que sea un adulto responsable de confianza del joven, quien se encargue de acompañarlo en el diagnóstico y tratamiento del VIH.
“Acá queremos que se actúe preservando la confidencialidad del resultado de los exámenes y sean los menores que tienen una vida sexual activa, quienes tomen la decisión de hacerse los exámenes respectivos y no se vean en la obligación de pedirle autorización a esos padres para ello”, declaró el senador Girardi.
El legislador agregó que “pero también queremos que ese paciente no viva la dramática situación de pasar su enfermedad solo, por lo que si el test sale positivo, es necesario que un adulto responsable acompañe al joven y nos garantice la debida adherencia al tratamiento”.
Por su parte, la senadora Van Rysselberghe aseguró que “tanto el Gobierno como las ONG que han asistido a las sesiones y nosotros como Comisión, creemos que hay que redactar una indicación para precisar quién será esa persona porque la idea es que sea un aporte y no una traba”.
Respecto al contexto, la congresista reconoció que “actualmente los jóvenes inician su vida sexual en forma muy precoz y el principal problema es que los padres desconocen aquello (…), por eso creo que la figura del adulto acompañante es clave, sobre todo en el caso de pacientes más cercanos a los 14 años que a los 18”.
En tanto, el director del área de Derechos Humanos del Movilh, Rolando Jiménez apuntó a la pertinencia de la norma en primer trámite, sin embargo, admitió que “la actual realidad sexual de la adolescencia es particular”.
El dirigente explicó que “esta generación no ha incorporado la conducta del condón porque no han visto sufrir a sus amigos y familiares por el SIDA. Los que tenemos más de 35 años vivimos otra realidad y sí tenemos claridad de lo peligroso que es contagiarse”. En ese tenor, abogó para que “este proyecto vaya de la mano de la debida conserjería, y a la vez de una política nacional de educación sexual”.
En la misma línea, la directora ejecutiva de la fundación Savia, Luz María Yaconi, entidad que defiende los derechos de los pacientes discriminados, hizo ver la necesidad de que la propuesta considere la opinión de los propios jóvenes afectados, y a la vez se resguarde la obligación del Estado ante la consejería y acompañamiento en estas materias.
La profesional recordó el documento de la UNICEF, “Los jóvenes y el VIH/SIDA: una oportunidad en un momento crucial”, el cual propone reconocerle a los y las adolescentes el derecho a saber sobre este mal. Entre éstos se encuentra el tener información acerca del sexo y la sexualidad, contar con datos básicos sobre este virus y otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), y conocer el estado serológico respecto a esta condición.
Fuente: Prensa Senado.