El sueño es esencial para mantener la salud y la energía en el día a día, pero durante los meses más fríos, lograr un descanso reparador puede volverse un verdadero desafío.
24 de Julio de 2025.– Con el invierno en pleno desarrollo, las bajas temperaturas que se sienten en gran parte del país no solo afectan nuestras rutinas diarias, sino que también pueden interferir en algo tan esencial y necesario como el sueño. Y es que el frío, al provocar despertares nocturnos o dificultades para conciliarlo, puede impedir que nuestro descanso sea el apropiado.
Según comenta el Doctor Nicolas Bastian, Médico de Clínica Tarapacá Interclínica, para que el cuerpo pueda iniciar adecuadamente el ciclo de sueño necesita que la temperatura corporal descienda de manera natural. Sin embargo, si el ambiente está excesivamente frío, este proceso puede interrumpirse, dificultando la conciliación y el mantenimiento del sueño profundo. “El frío genera incomodidad, y esa incomodidad física se traduce en vueltas en la cama, despertares en la madrugada o incluso insomnio”, comenta el especialista.
Además, detalla Bastian, la temperatura ideal para dormir debe mantenerse entre 15 y 19 grados Celsius, ya que este rango favorece la regulación de la temperatura corporal y permite al cuerpo entrar en las fases más profundas del sueño, que son las que permiten una real recuperación física y mental.
Otro aspecto a considerar es que, cuando el cuerpo no descansa de forma adecuada pueden aparecer síntomas como fatiga, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento intelectual, lo que impacta en labores como el trabajo o los estudios. “A largo plazo, la falta de un sueño reparador se ha vinculado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, obesidad, afecciones cardiovasculares e incluso un debilitamiento del sistema inmune”, añade el médico de Clínica Tarapacá Interclínica.
El balance perfecto
Aunque recurrir a sistemas de calefacción durante la noche puede ser una solución para mantener un ambiente confortable, es importante hacerlo de forma segura. También, se debe considerar el uso de ropa de cama adecuada para mantener el calor corporal: “Es importante encontrar un equilibrio al momento de abrigarse para dormir, de modo que estemos cómodos y podamos movernos con libertad durante la noche. Esto es especialmente relevante en el caso de niños y bebés, ya que un exceso de abrigo o el uso de telas que provocan sudoración pueden generarles incomodidad y dificultades al descansar”, explica el doctor Luis Galilea, de Nueva Clínica Cordillera Interclínica:
En este desafío de dormir en invierno, es importante considerar que las bajas temperaturas incrementan el riesgo de contraer resfriados y otras infecciones respiratorias, “cuyos síntomas, como la congestión nasal o la tos persistente, pueden interferir en el sueño, creando un círculo vicioso de mal descanso y mayor vulnerabilidad a enfermar”, comenta el médico.
Si a pesar de tomar medidas como abrigarse adecuadamente, ventilar de forma segura y mantener una adecuada temperatura en la habitación, persisten problemas como insomnio, cansancio excesivo, dolores musculares o articulares, sensación de frío intenso, ansiedad, síntomas depresivos o problemas respiratorios durante la noche, es importante consultar con un profesional de la salud.
“Acudir con médico especialista a tiempo puede ayudar a identificar condiciones subyacentes como la apnea del sueño, trastornos de ánimo relacionados con la estación o alteraciones del ritmo circadiano”, dice el doctor Galilea, concluyendo que “dormir bien no es un lujo, es una necesidad que influye de forma directa en nuestra salud física, emocional y en nuestra calidad de vida”.
Fuente: Impronta