El académico de la Universidad de Santiago, Jorge Atria, abordó el valor cultural que tienen las gigantescas figuras de la Pampa del Tamarugal y criticó el cuidado que se les ha dado
Hace algunos días, el Complejo Arqueológico Geoglifos de Pintados, ubicados en Pozo Almonte, en la Pampa del Tamarugal (Región de Atacama), presentó un informe preliminar ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el fin de que dicho organismo otorgue la categoría de Patrimonio Mundial a dicho lugar del norte chileno.
Dichos geoglifos fueron construidos por los pueblos prehispánicos que habitaron dicho sector del país entre los años 700 y 1.500 dc y, según se indica en el sitio de Consejos de Monumentos Nacionales, se crearon para guiar las caravanas de viajeros que circulaban por el sector y, a su vez, para comunicar la pampa con las quebradas, valles, cordilleras y la zona del litoral.
Puntualmente, las más de 450 figuras se ubican a 95 kilómetros de la ciudad de Iquique y ocupan un área de unos 50 mil km2 en una longitud de 3 metros. Entre las llamativas instalaciones, se pueden ver figuras que representan humanos, animales y representaciones geométricas.
Los Geoglifos de Pintados fueron declarados Monumento Nacional en 1939 y en 1988 se incluyeron en la zona que abarca la Reserva Nacional de la Pampa del Tamarugal. Ahora, con las gestiones realizadas en la ciudad de París, se busca que esta atracción nacional obtenga un reconocimiento a nivel mundial. De hecho, en declaraciones a El Mercurio, Nélida Pozo, directora del Servicio de Patrimonio Nacional, señaló que “esta es la primera vez que Chile presenta un expediente de este tipo”.
A su vez, la personera indicó que la evaluación preliminar se conocerá en octubre de 2026 y que, según lo que ahí se indique, se definirán los pasos a seguir durante los próximos 5 años.
Jorge Atria, doctor en Arquitectura, académico de la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido y Exvicepresidente del Comité Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS Chile (por 3 períodos consecutivos, años 2007 al 2014) señaló que “la importancia de los geoglifos es gigantesca, pero han sido mal cuidados, han sido demasiado abandonados y se han hecho intervenciones maliciosas en el sector”.
El profesional agregó que “la gente no alcanza a entender el valor que tienen estas figuras, las ven como unas cosas extrañas, pero no se adentran en el conocimiento ni el significado que tienen”.
LA IMPORTANCIA DEL RECONOCIMIENTO DE LA UNESCO
Para Atria, si se concreta el reconocimiento por parte de la Unesco, se realza que ese sector del norte chileno “merece la atención y el interés de toda la humanidad”.
En términos técnicos, el concepto de Patrimonio Mundial que entrega el organismo internacional tiene un carácter excepcional debido a su alcance universal. Además, en el sitio web de la organización se sostiene que “los sitios que han recibido esa clasificación pertenecen a todos los pueblos del planeta, independientemente del territorio en el que se encuentren”.
Algunos lugares que tienen el reconocimiento de Patrimonio Mundial son Machu Picchu en Perú, los Vestigios de Mbanza en el Congo, el Parque Nacional Los Alerces en Argentina o el Parque Nacional Rapa Nui en nuestro país.
Pero ese no el único lugar en Chile con la calificación de la Unesco, ya que a Rapa Nui se suman las Iglesias de Chiloé;el barrio histórico de Valparaíso; las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura; la ciudad minera de Sewell, Qhapac Ñan (sistema vial andino) y el asentamiento y momificación artificial de la cultura chinchorro en la Región de Arica y Parinacota.
Por otro lado, la misión del reconocimiento de la Unesco está señalado en un tratado internacional llamado Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural aprobado por el organismo en 1972.
“Nuestro país ratificó este acuerdo en 1980”, expresó Jorge Atria y explicó que con esto se busca que “las naciones se comprometan a identificar y proteger los distintos patrimonios culturales y naturales que existen en sus territorios. Y por el lado del organismo multinacional, entregar apoyos de distintos tipos para la protección de los lugares”.
Comentó que, en Chile, el encargado de supervisar la lista de tareas en esta materia está en manos del Consejo Nacional de Monumentos Nacionales.
“Ellos regulan y supervisan las indicaciones de la Unesco para que los lugares protegidos puedan tener financiamiento destinado a restauraciones y a la conservación preventiva”, aseguro´.
El especialista manifestó que “esos fondos no cubren las necesidades totales que tienen los sitios (que van de la mano con sus complejidades particulares), pero sí sirven de apoyo desde el punto de vista de las recomendaciones, establecimiento de normativas y maneras de enfrentar las problemáticas”.–
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Fuente: Universidad de Santiago