Delfín Toro Peña, un pequeño agricultor de San Vicente de Tagua Tagua, es uno de los usuarios destacados de INDAP y recientemente su predio fue reconocido como Faro Agroecológico. Y es que desde hace más de 20 años está comprometido con la agricultura sustentable y la producción y promoción de alimentos saludables, libres de plaguicidas y otros agroquímicos.
Es guardador de semillas y también un apasionado divulgador de conocimientos. Comparte sus experiencias con alumnos, vecinos y otros agricultores. Por su labor, en el año 2021, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) le entregó una importante distinción. Delfín Toro –conocido como Don Pimpe- fue uno de los seis premiados en Chile, con el Reconocimiento a los Héroes de la Alimentación, en la categoría Líder Comunitario.
Tras participar en el programa de Transición a la Agricultura Sostenible -TAS-, este año el predio de este agricultor de solo 3.500 metros cuadrados fue reconocido como Faro Agroecológico, para ser una unidad demostrativa que servirá de ejemplo e inspiración para transitar a una agricultura sostenible. De esa manera se valoró su compromiso con la agroecología y la disposición para enseñar y compartir sus conocimientos.
Recientemente, Delfín Toro recibió la visita del director regional de INDAP, Braulio Moreno, a quien le comentó que una de las motivaciones que lo llevaron a optar por la agricultura orgánica fue la enfermedad de Loreto, una de sus cinco hijas. Contó que en los primeros meses de vida la niña comenzó a presentar síntomas de una afección y una de las recomendaciones para tratarla fue que recibiera una alimentación saludable. Entonces, este pequeño agricultor comenzó a producir hortalizas libres de agroquímicos.
Se apasionó por el tema y empezó a estudiar, experimentar y luego a compartir sus conocimientos. Su huerto se transformó en unidad demostrativa hasta donde comenzaron a llegar otros agricultores y también alumnos de diversos colegios. A este espacio le denominó Agrolimpio Pencahue y acá cultiva una gran variedad de hortalizas y frutos, fomenta corredores biológicos, busca atraer insectos benéficos, cría lombrices y mantiene algunos animales que proveen estiércol para generar abonos naturales.
INDAP lo ha apoyado con incentivos y aportes para diferentes proyectos, entre ellos la adquisición de un biofiltro para limpiar las aguas de riego.
“Quiero que a este predio llegue mucha gente a visitarme, para compartir los conocimientos y enseñar a otros agricultores cuándo y cómo producir, sin agroquímicos”, señaló “Don Pimpe”.
Sin duda, su historia es ejemplo y testimonio de cómo la pasión, el conocimiento y el compromiso con la agroecología pueden transformar no solo un terreno, sino también una comunidad.
Fuente: INDAP