“Hoy somos testigos de un nuevo paso en el progresivo deterioro, impulsado por el Presidente Gabriel Boric, de las relaciones diplomáticas entre Chile e Israel. La decisión de retirar la agregaduría militar en Israel no responde a una política exterior seria ni coherente, sino que refleja una acción ideologizada que desconoce los intereses estratégicos del país y debilita vínculos clave para la cooperación internacional. Esta decisión, además, deja en una preocupante situación de desprotección a los más de 10.000 chilenos que residen actualmente en Israel, cuyas necesidades y eventuales requerimientos consulares quedan hoy aún más desatendidos.
Sin perjuicio de las críticas legítimas que puedan dirigirse al actual gobierno israelí, no se puede perder de vista que la política exterior debe guiarse por responsabilidad, equilibrio y consistencia.
Mientras el mundo busca construir puentes para la resolución de conflictos, incluidos países árabes como Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos o Jordania, el Ejecutivo chileno opta por el aislamiento, debilitando su capacidad de incidencia y cerrando espacios de diálogo.
Además, se ponen en riesgo intereses concretos: la cooperación en ciberseguridad, inteligencia criminal, recursos hídricos, tecnología médica, innovación científica y desalinización. También se afecta el trabajo conjunto entre nuestras policías, el Ministerio Público y agencias de inteligencia, que han utilizado tecnología israelí para desarticular redes de corrupción y crimen organizado.
En tiempos donde el antisemitismo resurge con fuerza bajo nuevos disfraces, es urgente alzar la voz. Por la dignidad de la política exterior chilena, por la verdad, por la seguridad de los chilenos en el exterior y por la integridad de nuestra democracia”.
Fuente: Prensa Comunidad Judía de Chile