Especialistas de la Universidad de La Serena compartieron orientaciones prácticas para planificar la jubilación, incluyendo ahorro previsional voluntario, cuentas individuales y las decisiones al momento de pensionarse.
Más allá de los beneficios que entrega el Estado, como la Pensión Garantizada Universal (PGU), la construcción de una pensión adecuada depende también de las elecciones individuales que se toman durante la vida laboral. Así lo señalaron los académicos de la Facultad de Ciencias Sociales, Empresariales y Jurídicas (FACSEJ), Lorena Parada y Germán Solís, quienes recalcaron la importancia de ahorrar de manera temprana y constante para asegurar mejores ingresos al momento de jubilarse.
Uno de los instrumentos destacados por los especialistas es el Ahorro Previsional Voluntario (APV), mecanismo que permite a los trabajadores complementar sus fondos de pensiones y acceder a beneficios tributarios. Este cuenta con dos regímenes: el régimen A, que entrega una bonificación estatal del 15% del monto ahorrado en el año, con un tope cercano a 6 UTM; y el régimen B, que otorga rebajas en la base imponible del impuesto a la renta.
En ambos casos, el objetivo es incentivar el ahorro y mejorar el monto final de la pensión. Al respecto, la académica Lorena Parada, especialista en educación financiera, destacó que “el APV representa una alternativa concreta para quienes desean aumentar su pensión futura y, al mismo tiempo, obtener ventajas fiscales en el presente, ya que además tiene la característica particular de contar con un beneficio estatal que incrementa en un 15% lo que se ahorra, lo que de alguna manera se traduce en una rentabilidad adicional a lo que vamos aportando”.
Además, existen las cuentas de ahorro voluntario, también conocidas como cuenta 2, estas son una opción adicional para acumular fondos destinados a la jubilación y permiten retirar dinero en caso de necesidad; a diferencia del APV, no poseen beneficios tributarios tan significativos, por lo que su principal objetivo es reforzar los ahorros previsionales más que ofrecer beneficios fiscales.
Por su parte, el abogado y académico Germán Solís destacó la importancia de la formalidad laboral y la continuidad de las cotizaciones “Lo más importante es que aquellas personas que ingresan al mundo del trabajo coticen. Las personas cotizamos el 10 % y a eso se le va a ir agregando la cotización que va a tener el empleador hasta llegar en total a un 8,5 %; pero ocultar una cotización, disminuyendo la remuneración, podríamos decir que es pan para hoy, pero hambre para mañana. Especialmente sabiendo que la tasa de reemplazo en Chile es muy baja respecto al promedio con que se calcula las remuneraciones con las que se calcula la pensión. Por lo tanto, cotizar es muy importante”, afirmó.
Durante el programa también se abordaron decisiones al momento de jubilarse, comparando la renta vitalicia y el retiro programado. La renta vitalicia asegura un pago fijo de por vida, otorgando estabilidad, mientras que el retiro programado permite heredar parte de los fondos, aunque el monto mensual puede variar según la rentabilidad y la expectativa de vida. Sobre esta disyuntiva, Parada sentenció “No existe una fórmula única. Hay quienes prefieren la seguridad de una renta vitalicia y otros que valoran la flexibilidad del retiro programado, lo importante es informarse bien y evaluar las condiciones personales antes de elegir.”
Finalmente, Lorena Parada enfatizó que “planificar la pensión no debe dejarse para el último momento. Mientras antes se inicie el ahorro, mayores serán las posibilidades de contar con ingresos que permitan una vejez más tranquila y segura”. La planificación previsional, explicaron, no sólo contribuye a alcanzar mejores ingresos durante la jubilación, sino que también ofrece tranquilidad y seguridad frente a los cambios económicos y laborales a lo largo de la vida.
Fuente: USerena.