Santiago, octubre de 2025.- En un ecosistema donde conviven múltiples formas de pago —desde transferencias inmediatas (tipo TEF) hasta billeteras digitales y pagos sin contacto— las tarjetas de crédito siguen liderando en Chile. Como el método de pago favorito para las compras online, las mismas ganan terreno como herramienta financiera estratégica para los consumidores.
En este marco, Chile ha mostrado una evolución destacada en la digitalización del consumo. Con un comercio electrónico que superó los US$35 mil millones en 2024 y un crecimiento proyectado del 9% anual hasta 2027, el país se posiciona como uno de los mercados más dinámicos de la región en adopción de pagos digitales.
“En Chile, más del 80% de las compras online se realizan con tarjetas, lo que refleja no solo un alto nivel de bancarización digital, sino también una preferencia clara por soluciones que ofrezcan confianza, flexibilidad y acceso a servicios globales”, afirmó Santiago Witis, Country Manager de Pomelo en Chile.
El crédito como parte del día a día
Cada vez más chilenos usan sus tarjetas de crédito no solo para grandes compras, sino también para gastos cotidianos. Hoy, se han vuelto parte del consumo habitual:
- Compras diarias y gastos del hogar.
- Servicios recurrentes como suscripciones, cuentas de servicios básicos o streaming.
- Pagos en cuotas sin interés, muy valorados para compras de mayor valor.
- Adelantos de efectivo, especialmente utilizados por segmentos con menor acceso a crédito tradicional.
Además, las tarjetas de crédito son una de las principales fuentes de fondeo de billeteras digitales, junto con las tarjetas de débito y prepago, que en conjunto representan el 56% del total de cargas en estos servicios, según estudios regionales.
¿Por qué siguen siendo relevantes?
Las tarjetas de crédito no solo se han mantenido vigentes: se han transformado. Hoy, combinan seguridad (tokenización, CVV dinámico, notificaciones en tiempo real), flexibilidad y una experiencia 100% digital que se adapta al estilo de vida de las personas.
Y a diferencia de otros medios de pago, también ofrecen beneficios financieros directos para los usuarios, como:
- Organización del flujo de gastos mensuales.
- Acceso a promociones exclusivas, millas o cashback.
- Capacidad de enfrentar imprevistos sin afectar el presupuesto inmediato.
- Construcción de historial crediticio, clave para acceder a otros productos financieros.
El desafío de ofrecer crédito en la era digital
En este contexto, cada vez más empresas, bancos y plataformas apuestan por emitir su propia tarjeta de crédito. La razón es clara: el crédito fideliza, eleva la experiencia del usuario, aumenta el valor de vida del cliente y posiciona a la marca como canal financiero principal. No ofrecer opciones de crédito hoy implica ceder terreno frente a quienes ya integran estas capacidades y ganar protagonismo en el día a día del cliente.
Fuente: Parla