Cada año en noviembre el mundo celebra el Día Mundial de la Ciencia para la Paz
y el Desarrollo. Más que una efeméride, esta fecha nos invita a reflexionar sobre el
papel de la ciencia en la construcción de un mundo más justo, sostenible y
pacífico. La ciencia no solo transforma nuestro entorno; también define cómo
entendemos el progreso y qué valores decidimos promover a través del
conocimiento.
Los avances científicos han permitido curar enfermedades, mejorar la
comunicación y proteger el medioambiente. Pero la ciencia, cuando se concentra
en pocas manos, corre el riesgo de perpetuar desigualdades. Por eso, celebrar
este día significa reafirmar que la ciencia debe estar al servicio de todas las
personas s, sin exclusiones ni sesgos.
Y hablar de una ciencia para la paz también implica hablar de una ciencia con
perspectiva de género. Aún hoy, las mujeres enfrentan barreras para acceder y
desarrollarse en el mundo científico. Superarlas no es solo un asunto de justicia,
sino una necesidad para fortalecer la calidad y diversidad del conocimiento. Una
ciencia inclusiva es una ciencia más innovadora, más humana y más efectiva en la
búsqueda de soluciones globales.
En esa línea, la red de proyectos InES-Género, con presencia en 33 universidades
nacionales, organizó el II Congreso de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e
Innovación con Enfoque de Género, los días 28 y 29 de octubre en la Universidad
de La Serena. Este encuentro fue un espacio fundamental para debatir, compartir
experiencias y fortalecer políticas que promuevan la equidad en la investigación
científica.
Dra. Tamara Bruna Larenas
Investigadora principal Centro de investigación Austral Biotech
Embajadora proyecto InES -Facultad de Ciencias
Universidad Santo Tomás
Fuente: wearesimplicity.