● El análisis desarrollado por Prosegur Research advierte que las redes criminales, cada vez más
sofisticadas y transnacionales, avanzan en la región con fuerte impacto social, económico e
institucional.
● En contraste con su reputación histórica como país seguro, Chile enfrenta un deterioro sostenido en
sus indicadores de criminalidad.
Santiago de Chile, 09 de septiembre 2025.- América Latina se consolidó como la región más violenta
del mundo en términos de homicidios, con el 33% de los asesinatos globales concentrados en países que
albergan menos del 10% de la población mundial. El Anuario de Seguridad de América Latina 2025,
desarrollado por Prosegur Research, revela cómo el crimen organizado ha evolucionado en escala,
estructura y capacidad operativa, expandiéndose a través de fronteras y diversificando sus actividades
ilícitas.
En contraste con su reputación histórica como país seguro, Chile enfrenta un deterioro sostenido en sus
indicadores de criminalidad. El ingreso de bandas extranjeras, el crecimiento del narcotráfico y el uso de
puertos como plataformas logísticas para el tráfico de drogas hacia Europa transforman la geografía del
delito. También se detecta un incremento en delitos violentos, secuestros extorsivos y contrabando. El
fenómeno pone a prueba la capacidad del Estado para adaptarse a nuevas amenazas con respuestas
ágiles y coordinadas.
Escenario complejo
A nivel regional el informe alerta que América Latina vive un escenario complejo marcado no solo por el
aumento de la violencia en varios países impulsado por el crimen organizado y las economías ilícitas,
sino también por la debilidad institucional y las limitaciones presupuestarias que dificultan estrategias
sostenidas de prevención y control.
Diversos expertos convocados a participar de este informe señalan que las estrategias para combatir el
crimen deben ser integrales, combinando acciones de represión con políticas de prevención, desarrollo
social y fortalecimiento institucional, así como la necesidad de políticas diferenciadas según el tipo de
grupo criminal, la mejora de la cadena de seguridad pública —policía, justicia y sistema penitenciario—, y
una mayor cooperación internacional para enfrentar redes ilícitas que operan más allá de las fronteras.
Seguridad Privada un apoyo esencial
El avance de la criminalidad impacta también en la economía: las empresas afrontan crecientes riesgos
de robos, fraudes, extorsiones y ataques a la logística. Por ejemplo, en Chile, los delitos contra locales
comerciales aumentaron 23% entre 2023 y 2024, y, por tanto, el crimen organizado y la violencia tienen
un impacto económico importante, obligando a adoptar acciones y destinar recursos para proteger la
actividad empresarial y garantizar la continuidad operativa. En este contexto, la seguridad privada se ha
convertido en un actor de apoyo esencial, complementando el trabajo de las fuerzas públicas y
cubriendo áreas donde la respuesta estatal es insuficiente.
En línea con ello, el Anuario de Seguridad de América Latina 2025 señala que -según el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)- el número de agentes de seguridad privada en América Latina
supera con creces al de las fuerzas policiales en muchos países. Se estima que hay aproximadamente 4
millones de guardias de seguridad privada en la región, en comparación con 2.4 millones de policías. Este
crecimiento convierte al sector en un complemento clave de la seguridad pública, aunque plantea el
desafío de avanzar hacia regulaciones claras, estándares profesionales y mecanismos de fiscalización
eficaces.
En conjunto, el informe advierte que el reto para América Latina no es contener la expansión del crimen organizado, sino construir sistemas de seguridad más integrales, legítimos y resilientes que fortalezcan la confianza ciudadana y la gobernabilidad democrática.
Para acceder al informe completo, ingresa a: https://www.prosegurresearch.com/blog/insights/anuario-
de-seguridad-america-latina
Fuente: LlyC.