La reciente amenaza de focos infecciosos pone en peligro el estatus sanitario que ha tenido Chile durante más de 30 años
Desde 1995, Chile fue declarado país libre de la mosca de la fruta, convirtiéndose en el único de Latinoamérica con tal reconocimiento. Este estatus ha significado una importante ventaja competitiva para la fruticultura nacional, ya que la mosca de la fruta es considerada la plaga insectil más dañina a nivel mundial, afectando a diversos sectores agrícolas.
Durante este año se han detectado 42 focos infecciosos en el país, de los cuales 10 se encuentran en la Región de Coquimbo. Ante esta situación, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha implementado medidas que permitan contener y erradicar su propagación.
De acuerdo con los compromisos internacionales y los filtros sanitarios vigentes, Chile debe evitar el ingreso y la expansión de plagas catalogadas como cuarentenarias, tanto en el comercio de importación como en el de exportación. En este contexto, la académica Carol Krausz, del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, explicó por qué la situación es tan preocupante.
Uno de los principales problemas, indicó, “radica en el daño a los cultivos y tamaño reducido de la mosca, lo que dificulta su detección”. Además, durante su etapa de “pupa”, el insecto permanece oculto bajo tierra, completando un ciclo de vida de entre 17 y 30 días, con la capacidad de generar hasta 10 generaciones en una sola temporada.
La ingeniera agrónoma y especialista en fitopatología añadió que “al identificarse un foco, se debe prohibir el transporte y fumigar todos los cultivos dentro de un radio de 200 metros, lo que implica pérdidas económicas significativas para los agricultores especialmente para los más pequeños, al tener que desechar la fruta afectada”.
Krausz aclaró que la mosca de la fruta no representa un riesgo para la salud humana. La mayor afectación se produce en el ámbito comercial, según explicó Lorena Parada, académica de Educación Financiera de la Universidad de La Serena: “Chile, al ser reconocido como un país libre de la mosca de la fruta, mantiene acceso preferente a varios mercados internacionales. Si la plaga se descontrola, podrían aumentar los requisitos de exportación, establecerse nuevas inspecciones o incluso al llegar a descontrolarse cerrarse mercados clave”.
Finalmente, Carol Krausz hizo un llamado a la comunidad a colaborar activamente en la detección temprana de la plaga. Recordó que la Región de Coquimbo ya enfrenta dificultades derivadas de la sequía, por lo que la ayuda ciudadana es crucial. “Si las personas observan indicios o residuos sospechosos en frutas, deben notificar de inmediato al SAG para que ellos lleven a cabo el procedimiento adecuado”, afirmó.
Fuente: Universidad de La Serena