● El Plan de Emergencia Habitacional (PEH) alcanza un 84% de avance nacional y permitió habilitar más de 900 hectáreas para viviendas, pero registra una fuerte desaceleración en el inicio de nuevos proyectos y bajo cumplimiento en regiones críticas como Antofagasta, Valparaíso y la Metropolitana.
● Especialistas advierten que su término en diciembre de 2025 significa perder herramientas clave para enfrentar la crisis de vivienda más grave en tres décadas, y llaman a convertirlo en una política de Estado que asegure continuidad y mejoras.
Santiago, octubre 2025.- El Plan de Emergencia Habitacional (PEH), creado en 2022 bajo un marco legal temporal y excepcional para enfrentar la crisis de acceso a la vivienda, ha permitido entregar o finalizar más de 220 mil soluciones habitacionales, equivalentes al 84% de su meta de 260 mil. A esto se suma un 96% de avance en la adquisición de suelos privados y un total de más de 900 hectáreas gestionadas a nivel nacional, de una meta de 1,211.3 hectáreas. lo que representa una base inédita para proyectos habitacionales futuros.
Sin embargo, los avances han sido desiguales. Según el último reporte elaborado por Déficit Cero, la producción de nuevas viviendas cayó 47% durante el último año, y las regiones con mayor déficit habitacional —Antofagasta, Valparaíso y la Metropolitana— muestran avances inferiores a lo esperado, siendo el caso más crítico el de Antofagasta, con solo un 35% de lo comprometido. El principal programa del PEH, el D.S.49 (orientado a sectores más vulnerables), alcanza solo un 64% de la meta de finalización y entrega, mientras que el D.S.19, orientado a integración social, si bien alcanzó un 80% de avance, presenta una desaceleración sostenida en el ritmo de inicios desde el tercer año de ejecución del plan.
En el norte, Antofagasta mantiene un 35% de viviendas finalizadas y un 36% aún sin iniciar, lo que la convierte en la región más rezagada del país. En la Región Metropolitana, el avance sigue concentrado principalmente en comunas periféricas, mientras otras como Santiago y Estación Central —zonas de alto déficit y demanda— continúan con un ritmo de ejecución lento.
A pesar de estos resultados dispares, el PEH consolidó capacidades que no existían antes: mecanismos de gestión intersectorial, autorizaciones especiales para construcción en campamentos y presupuesto propio para adquisición de suelo, elementos que desaparecerían si el plan no se prorroga o se transforma en ley.
“El PEH demostró que el Estado puede avanzar más rápido cuando cuenta con herramientas especiales. Hoy el desafío no es cerrarlo, sino mejorarlo y consolidarlo como una política permanente que asegure un ritmo de construcción superior a las 100 mil soluciones anuales para enfrentar la Demanda Social por Vivienda de más de 1.5 millones de hogares”, señaló Saúl Ketterer, Analista de Estudios de Déficit Cero.
El reporte advierte que la reciente caída en los inicios de vivienda podría tener efectos graves en los próximos años, reduciendo la cantidad de proyectos terminados hacia 2027 si no se revierte la tendencia. Por eso, expertos proponen extender el plan y perfeccionar su diseño, utilizándolo como una ventana de oportunidad de cuatro años para modificar temas estructurales, incorporando una gestión más focalizada en comunas críticas, mayor transparencia en los resultados y estabilidad presupuestaria para sostener un ritmo de construcción superior a las 100 mil soluciones por año.
Fuente: deficitcero.