Una intervención en Cerro Navia muestra cómo el rediseño de los patios escolares —con juego, naturaleza e inclusión—, mejora la interacción, el sentido de comunidad y el bienestar socioemocional de estudiantes, en un momento clave para repensar la educación de cara al próximo año escolar.
Santiago, diciembre 2025.- Cuando el año escolar llega a su fin y las comunidades educativas comienzan a proyectar los desafíos de 2026, el bienestar, la convivencia y los espacios donde aprenden y se relacionan niños y niñas vuelven a estar en el centro del debate. En ese contexto, la experiencia del Colegio Enrique Alvear de Cerro Navia entrega señales claras: transformar los patios escolares también transforma la experiencia educativa.
El establecimiento, que antes contaba únicamente con patios de concreto, impulsó junto a Fundación Patio Vivo, Fundación Fibra y la empresa Megacentro la construcción de un Paisaje de Aprendizaje, un espacio diseñado para promover el juego libre, el contacto con la naturaleza, la inclusión y la interacción entre estudiantes. A un año y medio de su implementación, los resultados muestran impactos significativos.
Según una encuesta de percepción aplicada a los estudiantes, tres de cada cuatro afirman que el patio ofrece espacios para distintos tipos de actividades y un 85% destaca que facilita la interacción entre cursos, fortaleciendo la cercanía y el sentido de comunidad. En términos de bienestar socioemocional, más del 60% señala sentirse seguro, alegre y contento en el patio, mientras que un 65% declara sentirse incluido y aceptado. Además, más de dos tercios dice sentirse orgulloso del espacio, considerándolo clave en su experiencia escolar.
“Estos resultados confirman algo que venimos observando hace años: cuando el patio escolar se diseña de manera consciente, inclusiva y con foco en el bienestar, se convierte en un espacio que transforma la experiencia educativa. Que los estudiantes se sientan seguros, alegres e incluidos no es casualidad, es el reflejo de entornos que invitan a convivir, jugar y aprender”, explica Marcial Huneeus, director de Innovación e Incidencia de Fundación Patio Vivo.
El impacto no solo ha sido percibido por los estudiantes. Docentes y directivos del colegio también han observado cambios relevantes en la forma en que los niños y niñas se relacionan entre sí y con su entorno.
“Con la intervención del nuevo patio el colegio se renovó. Muchos exalumnos que nos visitan notan el cambio y lo comentan. Somos un colegio pequeño y con recursos limitados, pero eso no significa que debamos habitar espacios sombríos. Este Paisaje de Aprendizaje ha hecho del colegio un lugar más digno, que fomenta el encuentro, la actividad física y nos permite avanzar en sostenibilidad”, enfatiza Leandro Pérez, director del Colegio Enrique Alvear.
Colaboración permanente
Fundación Patio Vivo ha desarrollado más de 100 proyectos a lo largo del país, todos diseñados a partir de un estudio previo del territorio, la cultura escolar y los usos del espacio. El objetivo es claro: mejorar la convivencia, el bienestar y la disposición al aprendizaje. En esa línea, otro dato relevante es que un 70% de los estudiantes declara experimentar emociones positivas en los patios intervenidos.
La intervención en Cerro Navia contó con el acompañamiento permanente de Fundación Fibra. “Trabajamos antes, durante y después del proyecto, en un proceso de escucha y confianza con la comunidad educativa. Eso ha permitido que el espacio sea hoy muy funcional, querido y cuidado, aportando de manera concreta a la convivencia, la inclusión y el sentido de pertenencia”, destaca Isidora Larraín, directora ejecutiva de esta organización.
Desde el mundo privado, Megacentro también fue parte del proceso. “Creemos que el impacto real se logra formando alianzas. Esta experiencia no solo mejoró el entorno del colegio, sino que también fue un aprendizaje significativo para nuestros colaboradores”, afirma Matías Neira, coordinador de Sostenibilidad de la empresa.
A días de cerrar el año escolar, la experiencia del Colegio Enrique Alvear pone sobre la mesa una reflexión clave para 2026: invertir en espacios escolares bien diseñados no es solo una mejora en infraestructura, sino una herramienta concreta para fortalecer la convivencia, la inclusión y el bienestar de las comunidades educativas.
Fuente: 360 Comunicaciones