– La “paradoja térmica del sueño”: expertos explican por qué tu cerebro necesita enfriarse 2°C para descansar y cómo el calor ambiental sabotea este proceso vital.
Santiago, 18 de noviembre. Las noches de primavera y verano pueden convertirse en un verdadero calvario para quienes buscan un descanso reparador. El calor no solo genera incomodidad, sino que afecta directamente los mecanismos biológicos del sueño, provocando consecuencias negativas para la salud.
La Dra. Paula Contreras, especialista de la Clínica del Sueño de Clínica INDISA, revela un dato crucial: el sueño solo se inicia cuando nuestro cuerpo logra reducir su temperatura en 1-1,5 grados. Para que esto ocurra, necesitamos un ambiente fresco, idealmente entre 18 y 21°C. Las temperaturas más altas bloquean este mecanismo natural del organismo.
¿Por qué no podemos dormir cuando hace calor?
El calor excesivo interfiere con nuestro sistema de termorregulación, dificultando el enfriamiento corporal necesario para iniciar el sueño. Esto provoca:
- Reducción del sueño profundo: las fases más reparadoras del sueño disminuyen significativamente.
- Mayor fragmentación: aumentan los despertares nocturnos, haciendo el sueño discontinuo.
- Alteración del sueño REM: se compromete la fase donde ocurre la consolidación de la memoria.
“Cuando dormimos con calor, nuestro cuerpo activa mecanismos como la vasodilatación y la sudoración para intentar mantener la temperatura adecuada”, añade la Dra. Paula Contreras. “Esto provoca un sueño más ligero y menos reparador”, puntualiza.
El ciclo circadiano y la temperatura: un baile sincronizado
Nuestro reloj interno, conocido como ritmo circadiano, está íntimamente ligado a los cambios de temperatura corporal. Este sistema regula no solo cuándo dormimos, sino también cómo lo hacemos. “Durante un ciclo de 24 horas, nuestra temperatura corporal fluctúa naturalmente, alcanzando su punto más alto a media tarde y descendiendo durante la noche, con su mínimo entre las 2 y 4 de la madrugada”, explica la especialista. “Este descenso nocturno es una señal crucial para la liberación de melatonina y la inducción natural del sueño”, agrega.
Cuando el ambiente es demasiado caluroso este ritmo natural se altera, confundiendo los mecanismos biológicos que regulan nuestros ciclos de sueño-vigilia.
Impacto de las olas de calor en la calidad de sueño
Las olas de calor cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático están generando un problema de salud pública relacionado con el sueño:
- Aumento de consultas médicas: los especialistas reportan hasta un 30% más de consultas por problemas de sueño durante las olas de calor.
- Disminución del rendimiento laboral: la fatiga por falta de sueño adecuado afecta la productividad.
- Mayor irritabilidad y problemas de convivencia: el mal descanso impacta en las relaciones interpersonales.
Poblaciones más vulnerables al insomnio por calor
El impacto del calor nocturno no afecta a todos por igual. Los grupos más susceptibles incluyen:
- Adultos mayores: tienen menor capacidad de termorregulación.
- Embarazadas: experimentan cambios hormonales que ya afectan su temperatura corporal.
- Personas con sobrepeso: el exceso de tejido adiposo dificulta la disipación del calor.
- Pacientes con enfermedades crónicas: condiciones como diabetes o hipertensión pueden empeorar con la combinación de calor e insomnio.
- Trabajadores nocturnos: tienen mayor dificultad para dormir durante el día, especialmente con calor.
La ciencia detrás del efecto del calor en las fases del sueño
El proceso del sueño se divide en fases, cada una con funciones específicas para nuestra recuperación física y mental. El calor afecta de manera diferente a cada etapa:
- Fase número 1 (sueño ligero): el calor prolonga este período inicial, dificultando la transición hacia un sueño más profundo.
- Fase número 2 (sueño ligero intermedio): representa aproximadamente el 50% del tiempo total de sueño. Con altas temperaturas, aumenta su proporción, pero disminuye su calidad.
- Fase número 3 (sueño profundo): fundamental para la recuperación física. El calor reduce significativamente su duración y efectividad.
- Fase REM (sueño profundo con movimientos oculares rápidos): esencial para la consolidación de la memoria y el equilibrio emocional. Las temperaturas elevadas disminuyen hasta en un 35% su duración.
“Durante el sueño profundo, se liberan hormonas de crecimiento y se reparan tejidos, mientras que en la fase REM se consolidan recuerdos y se procesan emociones”, subraya la doctora Paula Contreras. “Cuando el calor interfiere con estas fases, todo nuestro organismo lo resiste”, puntualiza.
Estrategias para combatir el insomnio por calor
Además de los consejos básicos existen estrategias específicas que pueden ayudar a mitigar el efecto del calor en el sueño:
Preparación del ambiente:
- Técnica 4-6-2: ventila la habitación durante 4 minutos por la mañana, mantén las persianas bajadas 6 horas durante el tiempo de mayor calor y abre ventanas 2 horas antes de acostarte si la temperatura exterior ha bajado.
- Enfriamiento estratégico: pon botellas de agua congelada frente al ventilador para crear un efecto de aire acondicionado natural.
- Textiles refrescantes: las almohadas y colchones con tecnología de gel o materiales que disipan el calor pueden reducir la temperatura de contacto hasta 3°C.
- Abrir las ventanas en la noche. Si hay aire acondicionado préndelo hasta que la pieza quede en 20-21°C. También, se puede usar un ventilador que no llegue directo a la cara.
Adaptaciones corporales:
- Técnica 4-7-8 de respiración: inhala por 4 segundos, mantén el aire por 7 y exhala durante 8. Esta respiración activa el sistema parasimpático, contrarrestando el estado de alerta que genera el calor.
- Puntos de enfriamiento corporal: aplicar compresas frías en muñecas, tobillos, cuello y sienes durante 5-10 minutos antes de dormir para acelerar la reducción de la temperatura central.
- Hidratación cronometrada: bebe agua fría 90 minutos antes de acostarte, permitiendo que tu cuerpo use el proceso de digestión para regular su temperatura. No se debe consumir tanta para no interrumpir el sueño con ganas de ir al baño.
- Tina con agua tibia: sirve para que baje la temperatura corporal. Importante no usar secador de pelo si es que lo lavas.
Alimentación para combatir el insomnio por calor
Lo que comemos influye directamente en nuestra temperatura corporal y, por ende, en la calidad del sueño. Durante épocas de calor:
Alimentos que se recomiendan:
- Frutas con alto contenido de agua (melón, sandía).
- Lácteos fermentados a temperatura ambiente.
- Infusiones tibias de hierbas como manzanilla o valeriana.
- Cereales integrales en pequeñas cantidades.
Alimentos que se deben evitar:
- Proteínas pesadas (carnes rojas).
- Alimentos picantes o muy condimentados.
- Bebidas con cafeína o alcohol.
- Comidas con alto contenido de grasas.
El aumento de las temperaturas nocturnas representa uno de los mayores retos para la salud del sueño en la era moderna. “Estamos ante una situación que requiere tanto soluciones individuales como colectivas”, advierte la Dra. Paula Contreras. “No solo necesitamos adaptar nuestros hábitos personales, sino también repensar cómo construimos nuestras viviendas y ciudades para proteger el descanso nocturno de la población”, enfatiza.
Recuerda que Clínica INDISA tiene una Clínica del Sueño con profesionales que te pueden ayudar a tratar el insomnio. Pide tu hora en www.Indisa.cl
Fuente: Extend.