Mauricio Bórquez, Gerente Senior de Cuentas para Seguridad Pública y Gobierno, Motorola Solutions Chile
Con el inicio de una nueva temporada de alto riesgo, Chile ha activado la estrategia más robusta de su historia para la gestión de incendios forestales 2025-2026. El país ha duplicado su inversión y apostado por una mayor coordinación interinstitucional y el uso de tecnología avanzada. Se trata de un enfoque que no solo busca contener los incendios, sino anticiparse a ellos.
La magnitud de la amenaza es clara. La temporada 2022-2023 dejó más de 431 mil hectáreas consumidas por el fuego y un 35% de los siniestros investigados fueron catalogados como intencionales. Detrás de esas cifras hay un mensaje urgente: la prevención requiere inteligencia, evidencia y tecnología capaces de actuar antes de que aparezca la primera columna de humo.
El aumento de recursos refleja ese compromiso. Para esta temporada, el presupuesto de CONAF se ha incrementado en más de un 110% respecto a 2021-2022, superando los $160 mil millones. El despliegue incluye 319 brigadas forestales, más de 40 mil voluntarios de Bomberos, y una flota aérea de 78 aeronaves, además del apoyo de las Fuerzas Armadas. Pero la diferencia cualitativa está en el componente tecnológico.
Hoy, las cámaras térmicas de largo alcance permiten detectar focos de calor a más de 30 kilómetros, incluso de noche o en condiciones adversas. La instalación de sistemas de video fijos en zonas críticas permite monitoreo en tiempo real y respuesta inmediata ante indicios de fuego, mientras que la capacidad de registrar imágenes y datos en alta resolución fortalece el trabajo de fiscalía en casos de intencionalidad. Es tecnología que salva vidas y también permite cerrar causas judiciales.
Desde Motorola Solutions entendemos que la tecnología debe estar al servicio de las comunidades. Nuestra experiencia global en seguridad pública y emergencias nos demuestra que la anticipación y la interoperabilidad entre instituciones son factores decisivos. La coordinación de 23 organismos públicos y privados y la implementación de más de 100 acciones de mitigación y comunicación en Chile son pasos concretos hacia un modelo preventivo más eficiente.
El desafío de los incendios forestales trasciende el combate en terreno: comienza mucho antes, con la detección, la coordinación y la evidencia. La temporada 2025-2026 nos encuentra mejor preparados y también más conscientes de que la prevención no es un acto reactivo, sino una política de Estado que combina gestión, tecnología y compromiso humano para proteger lo más valioso: la vida, las comunidades y los territorios de Chile.
Fuente: Prensa Vía Central