El acompañamiento ante un diagnóstico de cáncer es esencial por parte de la familia y amigos. Escuchar, respetar los tiempos y ofrecer gestos cotidianos son claves para brindar contención emocional sin presionar ni minimizar lo que la persona siente.
Octubre de 2025.– El cáncer de mama impacta tanto a quien recibe el diagnóstico como a sus seres queridos. Familiares, amistades y personas cercanas sienten el impacto emocional de la noticia y, en muchos casos, enfrentan la dificultad de encontrar las palabras adecuadas para brindar apoyo.
En Chile, el cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte oncológica en mujeres, con más de 1.600 fallecimientos cada año, según las estimaciones más recientes del Ministerio de Salud. Frente a una realidad que remueve miedos, dudas y emociones profundas, la contención afectiva se vuelve un pilar tan importante como el tratamiento médico.
Acompañar a una persona que inicia este camino requiere más que buenos deseos: la empatía, la paciencia y el respeto son claves para brindar un apoyo real. El doctor José Solis, Oncólogo de Los Carrera Interclínica, destaca que el primer paso es entender que cada proceso es único. “Quien recibe un diagnóstico de cáncer enfrenta un torbellino de emociones: miedo, rabia e incertidumbre, entre otras. Es fundamental respetar sus tiempos, no presionar para que ‘esté bien’ ni minimizar lo que siente”, señala.
Sin presiones
Uno de los errores más comunes es llenar el silencio con frases que, aunque bienintencionadas, pueden resultar dolorosas o incluso, molestas: “sé fuerte”, “todo pasa por algo”, “tienes que pensar en positivo”. Estas expresiones, que buscan dar ánimo, pueden interpretarse como una exigencia emocional y generar más angustia, comenta el especialista.
En lugar de eso, es recomendable escuchar activamente, validar las emociones y ofrecer compañía sin juicios: “Un simple ‘estoy aquí para ti’ o ‘cuenta conmigo para lo que necesites’, puede significar un alivio real y mucho más significativo para quien amamos”, precisa.
El acompañamiento, además, no significa estar presente en todo momento ni opinar sobre cada decisión médica. Saber dar espacio es parte del cuidado. “Hay una delgada línea entre acompañar y sobreproteger. La clave está en ofrecer apoyo disponible, pero sin invadir. Preguntar antes de actuar y aceptar cuando la persona necesita estar sola es una forma de respeto que también transmite cariño”, sostiene el doctor de Los Carrera Interclínica.
Estar presente
En este camino, también es importante cuidar los gestos cotidianos. Estar presente para acompañar a exámenes, colaborar en tareas prácticas o simplemente compartir una tarde tranquila puede marcar una gran diferencia. “El apoyo no se trata de grandes discursos, sino de pequeñas acciones que devuelvan una sensación de normalidad en medio del tratamiento”, indica el doctor Hernan Pérez, Psicólogo de Cordillera Interclínica.
La contención emocional implica aceptar que habrá días de silencio, cansancio o malestar. Forzar conversaciones o dar consejos médicos no solicitados puede aumentar el estrés. “Se trata, en cambio, de respetar los espacios, preguntar qué necesita la persona y adaptarse a sus ritmos, todo lo cual fortalece el vínculo y permite que el afecto se exprese de manera genuina”, precisa.
Si bien el círculo cercano es un soporte invaluable, el acompañamiento profesional es clave para sobrellevar el impacto del diagnóstico. Por ello, además del tratamiento oncológico propiamente tal, el doctor Pérez recuerda que es importante que los pacientes puedan acceder a terapia psicológica y grupos de apoyo, ya que estos espacios favorecen el bienestar emocional tanto de los pacientes como de quienes los acompañan.
“No se trata de tener las respuestas, sino de estar disponibles, sostener la esperanza y recordar que el camino de cada persona es único. Acompañar con cariño, sin apuro y sin juicios, es un gesto que puede aliviar la carga del tratamiento y, sobre todo, fortalecer los lazos que sostienen la vida”, concluye el especialista.
Fuente: Impronta.