El sorprendente desempeño bursátil de Build-A-Bear ha llamado la atención por su crecimiento, que en apariencia supera incluso al de referentes tecnológicos como Nvidia. Sin embargo, gran parte de ese entusiasmo parece apoyarse en una lectura parcial de los datos.
Build-A-Bear pasó de cotizar cerca de US$3 a superar los US$60 en cinco años, un alza que a simple vista ronda el 2.000%. Sin embargo, ese cálculo parte desde los mínimos de la pandemia, un periodo de distorsión general. Si se toma como referencia el valor previo al COVID-19, cuando rondaba los US$7-8, la rentabilidad efectiva se acerca más al 600%, muy inferior a lo difundido.
En contraste, Nvidia, una de las grandes beneficiadas del auge de la IA, ha subido alrededor de un 2.500% en el mismo periodo, con un crecimiento real en utilidades, demanda y liderazgo tecnológico. Comparar ambos casos sin contexto es engañoso.
Este tipo de ejemplos muestran cómo la selección conveniente de fechas puede exagerar resultados, junto con alimentar narrativas optimistas. El caso de Build-A-Bear parece más bien una recuperación puntual que una transformación estructural. Confundir un repunte cíclico con un cambio de paradigma, sólo distorsiona la percepción del mercado y del verdadero valor corporativo.
David Cosoi
CEO de Zesty
Fuente: vitalcomunicaciones.