La primavera ilumina Chile con colores y perfumes, pero para muchas personas significa el inicio de una temporada de estornudos, congestión y ojos irritados. Según la Organización Mundial de la Salud, entre un 20 y un 25% de la población mundial padece algún tipo de alergia y, hacia 2050, esa cifra podría llegar al 50%. La rinitis alérgica estacional, conocida como alergia primaveral, afecta ya a entre el 10 y el 30% de los habitantes del planeta.
El cambio climático es uno de los grandes responsables de este aumento. Las temporadas de polinización se han vuelto más largas y las plantas producen más polen, lo que prolonga la exposición y agrava los síntomas. La reacción del organismo es clara: frente a alérgenos, el sistema inmunológico libera histaminas que provocan inflamación, estornudos, picazón y mucosidad. En casos severos, incluso puede desencadenar asma.
No hay que normalizar el malestar ni resignarse a “aguantar” cada primavera. Consultar a un médico y contar con un diagnóstico preciso permite acceder a tratamientos que cambian la experiencia de esta estación.
También vale la pena adoptar rutinas simples pero efectivas: evitar las actividades al aire libre en las primeras horas de la mañana, ventilar después de media mañana, mantener las ventanas cerradas en días secos o ventosos, ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa, y limpiar los filtros de aire de autos y sistemas de climatización. Son gestos cotidianos que, sumados, hacen una diferencia real.
La primavera no debería ser una estación de sufrimiento. Cuidarnos no significa renunciar a su encanto, sino aprender a convivir con él. Reconocer los propios límites, buscar ayuda cuando corresponde y anticiparse a los síntomas es, en el fondo, un acto de respeto hacia el cuerpo y una forma de disfrutar plenamente la belleza que florece a nuestro alrededor.
Dra. Omaira Calderón
Medico especialista en Otorrinolaringología Adulto e Infantil
Los Leones Interclinica
Fuente: Impronta