- El director Nacional de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), Jaime Tohá, participó en seminario internacional organizado por FAO (Naciones Unidas), instancia de intercambio de experiencias entre países latinoamericanos respecto de las medidas impulsadas por gobiernos del continente en pro de continuar proporcionando alimentación a estudiantes en tiempos de COVID – 19.
- Tohá presentó la experiencia chilena de las canastas individuales de alimentación, dando cuenta de aciertos y oportunidades de mejora identificadas de este innovador modelo que, a la fecha, ha permitido entregar 170 mil toneladas de alimentos.
Santiago, 25 de septiembre 2020.- Ya son casi 15 millones las canastas de alimentos entregadas por Junaeb a párvulos y escolares que, producto de la emergencia sanitaria, no han asistido a sus establecimientos escolares desde que, en marzo, se suspendieran las clases presenciales. Dado que esta realidad se ha replicado a nivel planetario es que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) organizó el Simposio “Garantizar alimentación escolar segura durante y post pandemia: una agenda emergente”, instancia en que seis países –entre ellos, Chile– compartieron reflexiones, aprendizajes y experiencias en el manejo de una situación inédita a nivel mundial.
El encuentro de carácter y convocatoria continental se desarrolló de manera telemática y contó con exposiciones de especialistas de Brasil, El Salvador, México, Panamá, San Vicente y Las Granadinas, Bélgica y Chile. En la instancia, el director Nacional de Junaeb, Jaime Tohá, enfatizó que la apuesta del Gobierno de Chile fue, en todo momento y a pesar de las dificultades, de reducir la incertidumbre de la ciudadanía en relación con la alimentación de los niños y adolescentes.
“Desde el Ministerio de Educación hemos trabajado intensamente por dar certezas en tiempos de profunda incertidumbre. Teníamos sobre nuestros hombros el peso de saber que niñas, niños y adolescentes más vulnerables de Chile dependían de nuestra capacidad para responder a esta emergencia. Tuvimos problemas, dificultades logísticas, quiebres de stocks, el natural y comprensible apuro por la angustia que sentían las familias de nuestros beneficiarios, pero supimos reaccionar con flexibilidad en un proceso que, siete meses después, se mantiene a lo largo de todo Chile”, resumió el director Nacional de Junaeb, Jaime Tohá, al rememorar el impacto en su Servicio durante estos meses de emergencia sanitaria.
Durante el simposio, Tohá también expuso ante los representantes de los otros países que no sólo hubo una preocupación por la logística que se debió implementar en pocos días, y que obligó de pasar a un sistema de entrega diaria de raciones a otro de aportar lo necesario para 15 días de desayunos y almuerzos de los niños y adolescentes según su edad, sino también que hubo preocupación por mantener los nutrientes adecuados para un correcto desarrollo de los párvulos y escolares. A esto se sumó, recordó Tohá, la preocupación por que se mantuvieran los empleos de 36 mil manipuladoras de alimentos, quienes a su juicio han sido “fundamentales para el funcionamiento de este sistema”.
Protocolos de seguridad sanitaria para el almacenamiento, traslado y entrega de los alimentos a los apoderados, sugerencias aportadas por la propia FAO, guías de salud del Ministerio de Salud, recomendaciones de la OMS y del Sistema Elige Vivir Sano, y el trabajo del Plan Contra la Obesidad Infantil de Junaeb, fueron los elementos clave que permitieron generar un sistema de canastas individuales de alimentación, que comenzaron a distribuirse el 18 de marzo dando inicio a varios ciclos que se mantienen hasta hoy y que, a sabiendas de la complejidad que implicaba sumar frutas y verduras frescas a una operación logística de esta magnitud, de todas formas se hizo porque se conocía la importancia de los nutrientes que éstas entregan para el desarrollo de los estudiantes.
Jaime Tohá también destacó el aporte de las FF.AA. y de Orden para llegar a lugares remotos del país, muchos de ellos con gruesas capas de nieve por el invierno. “Este ha sido el trabajo de muchos, no hubo rincón de Chile que se quedara sin cobertura, y eso realmente se logró gracias a que todos supimos poner a las personas en el centro de cada decisión y de cada una de nuestras preocupaciones”, reflexiona.
Por último, Tohá destacó el rol del control social como herramienta para escuchar a la ciudadanía, que ha permitido detectar de manera más oportuna algunos de los problemas surgidos, para buscar solucionarlos con celeridad y eficazmente.
Fuente: 360 Comunicaciones.