● El promedio latinoamericano alcanzó un 83 %, dos puntos más que en 2024.
● Los Millennials y la Generación Z muestran la mayor caída de felicidad después del primer
año laboral, lo que plantea un desafío clave en la retención de talento joven.
Santiago, 21 de noviembre de 2025.- Buk, plataforma integral de gestión de personas, presentó los
resultados del “Estudio de Felicidad Organizacional 2025”, que profundiza en la relación entre el
bienestar laboral y el desempeño de las empresas. El informe confirmó que la felicidad de los
trabajadores no solo impacta en el clima organizacional, sino que también está vinculada con la
retención de talento, la productividad y la solidez financiera.
El estudio se elaboró con datos de 1.051 empresas y 117.807 trabajadores de Chile, Colombia,
México y Perú. A esta información se sumó una ficha organizacional aplicada a las compañías
participantes de Building Happiness, que permitió vincular los niveles de felicidad con variables de
gestión, percepción financiera e inversión en bienestar.
“Medir la felicidad en las organizaciones no es un gesto simbólico, es contar con un termómetro
confiable del clima interno. Con datos concretos, las empresas pueden anticipar riesgos y fortalecer
la experiencia de sus equipos. En Buk creemos que colaboradores felices no solo impactan
positivamente en el ambiente laboral, sino que también impulsan el compromiso, productividad y
resiliencia, transformando la felicidad en una palanca estratégica de competitividad”, explicó Lesley
Warren, Head of Research de Buk.
En esta edición, la felicidad organizacional aumentó de 81 % en 2024 a 83 % en 2025. Por país,
Colombia lidera con 89 %, seguida por Perú (87 %), México (84 %) y Chile (79 %).
El estudio también confirma que, a mayor edad, mayor felicidad: 89 % de los Baby Boomers se
declara feliz en su trabajo, seguidos por 87 % de la Generación X, 81 % de los Millennials y 80 % de
la Generación Z. “La experiencia, la estabilidad y una mirada más madura hacia el trabajo pueden
estar asociadas con mayores niveles de satisfacción laboral. Esto plantea, a la vez, un desafío para
atraer y retener a los más jóvenes”, agregó Warren.
Asimismo, los datos muestran que la felicidad laboral tiende a disminuir con la antigüedad,
especialmente entre los más jóvenes. Tras el primer año en una organización, la satisfacción cae
significativamente en todas las edades. Millennials y Generación Z son los más afectados, con una
caída abrupta a partir del segundo año, mientras que los Baby Boomers y la Generación X mantienen
niveles relativamente estables (86–89 %). Este fenómeno, conocido como honeymoon–hangover,
plantea desafíos para la retención y el desarrollo temprano de las nuevas generaciones.
Por otra parte, se detectó un vínculo directo entre la percepción financiera y la felicidad. En culturas
organizacionales donde las personas se sienten felices, es más probable que se generen ambientes
de mayor claridad, eficiencia y sentido compartido. Esto no solo mejora el día a día laboral, sino que
también impacta en la percepción general de estabilidad y solidez económica.
Uno de los hallazgos más relevantes es que las empresas con altos niveles de felicidad presentan
menor riesgo financiero: a mayor Net Happiness Score (NHS), menor probabilidad de estar en el
10% con peor margen de utilidad bruta. Además, pertenecer al top 10 % de felicidad organizacional
duplica la probabilidad de que una empresa se perciba como financieramente sólida.
“Los datos muestran que la felicidad organizacional puede convertirse en una herramienta clave para
la sostenibilidad del negocio. Invertir en felicidad no es un costo, sino una decisión estratégica que
permite anticipar riesgos, fortalecer la cultura y poner foco en la sostenibilidad a largo plazo”,
concluyó Warren.
Fuente: nexos.